José Antonio Satué: «Hagámonos cargo de lo que han sufrido los migrantes»

«La acogida nos lleva a mirarlos no como un problema, sino como mujeres y hombres que han sufrido mucho en la búsqueda de un futuro mejor para ellos mismos y sus familias». Así comienza la nota que ha hecho pública la diócesis de Teruel y Albarracín este miércoles en la que invita a todos los católicos y personas de buena voluntad a promover una verdadera acogida ante la llegada de un grupo de malienses al pueblo de Mora de Rubielos.  

«Entendemos que algunas personas se sientan preocupadas ante la llegada de inmigrantes y refugiados, con una cultura tan distinta a la nuestra», explica la nota, «pero no son de recibo las actitudes de “quienes trabajan sistemáticamente por todos los medios para repeler a los migrantes”». Según los firmantes, cuando estas actitudes se hacen con conciencia y responsabilidad, constituyen «un pecado grave».  

La declaración está firmada junto con Cáritas Diocesana y la parroquia de Mora de Rubielos y, sin querer entrar «en el debate partidista ni señalar cómo los gobiernos deben regular los flujos migratorios», recuerdan que la Iglesia aboga por un modelo de acogida integral, y que «es necesario sensibilizar contra los discursos racistas y la manipulación de las informaciones».  

En conversación con Alfa y Omega, el director de Cáritas de Teruel, Antonio Hernández, asegura que estas posturas de rechazo muchas veces provienen del desconocimiento y alude a las administraciones públicas y a la responsabilidad de los gobiernos autonómicos «para que den las explicaciones suficientes» sobre quiénes son estos nuevos vecinos, así como «por qué vienen, por cuánto tiempo y cuál es su situación económica y social». Según Hernández, estas explicaciones favorecerían «que nos involucrásemos todos porque el conocimiento es fundamental para ello».  

Asimismo, el obispo de la diócesis José Antonio Satué, ha invitado en un audio a «mirar a estas personas con el corazón, haciéndonos cargo de todo lo que han sufrido, tanto en sus países de origen como en el camino hasta aquí». «Es momento de rezar y trabajar juntos, despolitizando y desideologizando este drama humanitario, fomentando el encuentro y promoviendo una acogida integral», añade la nota.