Joan Subirats, exministro de Universidades: «Tenemos un déficit en la aplicación práctica del conocimiento»
El exministro es uno de los autores del Informe España 2025. En su artículo propone una mayor interrelación de la ciencia y la política para conseguir una democracia más eficaz
—El título de su capítulo en el Informe España 2025 —que además es el primero— no deja lugar a dudas: Más ciencia, mejor política. ¿Más ciencia es mejor política?
—No necesariamente. A partir de las evidencias de los problemas que tiene la gente, la política trata de mejorar esas cuestiones. No digo solucionarlas, porque los problemas a veces son tan complejos y estructurales que no es posible, pero sí mejorar la situación de partida. Y ahí es donde yo creo que estamos constatando una brecha muy significativa entre la capacidad de saber cosas que tenemos, de investigar, de analizar, y la capacidad de mejorar las políticas. Tenemos un déficit significativo en la aplicación práctica de ese conocimiento.
—En la presentación del informe usted habló de buscar puntos de unión entre ambos ámbitos. ¿Cómo hacemos para que interactúen? En otros momentos hemos visto incluso a astronautas en el Gobierno. ¿Cuál es la propuesta?
—No lo mencioné en la charla, porque no hubo un momento, pero se ha creado una Oficina Nacional de Asesoramiento Científico que está en la Moncloa. También se han incorporado algunos científicos en los ministerios. Asimismo, en el Congreso de los Diputados tenemos una Oficina de Ciencia y Tecnología que sirve para que los diputados puedan pedirle consejo ante ciertas iniciativas. Es decir, realmente empieza a haber un cambio en esa línea, pero hay que seguir por este camino y más adelante contrastar los resultados. Hay que mencionar también una iniciativa interesante: las llamadas misiones de la Unión Europea. Son proyectos que se plantean trabajar ante distintos retos, como por ejemplo la soledad no deseada. Es complejo, porque tiene muchas variantes. Afecta al cambio demográfico, a la vivienda, a las estructuras de las familias, etc. La idea de la UE es que ante este reto se reúnan científicos expertos en esas materias con grupos de interés que trabajan en representación de esos colectivos y también con actores políticos. Entre todos plantean medidas que puedan mejorar una situación. Es una idea interesante, porque al final es un espacio en el cual cada uno mantiene su rol, el científico sigue siendo científico, pero entre todos colaboran en beneficio del bien común.
—Veo que hace hincapié en no confundir los roles. ¿Por qué? En la presentación habló de la ministra de obras públicas de Albania, que es una IA.
—Lo de Albania es querer solucionar de manera técnica un problema —la corrupción— que no es solamente técnico, que es un problema de cultura política, de tradición. No es que a uno se le ha ido la cabeza y ha hecho una corruptela. Tiene que ver más con que hay culturas políticas que tienen tendencia a ser más exigentes en los quehaceres públicos y otras que no, y eso no se cambia solamente con una máquina. Lo técnico, por sí solo, no es la solución a todos los problemas.