Jeremías, la obra de teatro de Karol Wojtyla, se traduce por primera vez al castellano
El volumen, que reflexiona sobre la patria y la relación de la persona con la nación, fue escrita en el contexto de la ocupación alemana de Polonia. «La temática goza de una tremenda actualidad», sostiene la editora, ante el desmoronamiento de Occidente
La Segunda Guerra Mundial frustró la carrera literaria de Karol Wojtyla, quien sin embargo escribió un ramillete de obras muy poco conocidas en España. Es el caso de Jeremías. Drama nacional en tres partes, que acaba de ser traducida por primera vez al castellano. El texto, publicado por Didaskalos, fue presentado el pasado lunes 23 de octubre en la Universitat Abat Oliba CEU.
«Wojtyla fue testigo de la violencia y el dolor que provoca la guerra y escribió este volumen para consolar el pueblo polaco, para alentar su fe y fortalecer su esperanza», explica la editora Carmen Álvarez en conversación con este periódico. Concretamente, el futuro san Juan Pablo II aborda en Jeremías el concepto de nación, su relación con la identidad personal y la importancia del cuidado de la moral como prevención ante el desmoronamiento del Estado, entre otras cosas.
De esta forma, «la temática goza de una tremenda actualidad», sostiene Álvarez, quien cita diversos episodios de esa Tercer Guerra Mundial a cachitos que denuncia habitualmente el Papa Francisco. La editora, además, considera que Jeremías puede ayudar en el contexto actual español, europeo y de Occidente en general. «Todos ellos están cayendo no tanto bajo el dominio de un ejército invasor, sino en manos de diversas ideologías muy invasivas que pretenden redefinir nuestra historia, nuestra lengua, nuestra religión y nuestra identidad nacional».
Frente a esta realidad, Wojtyla propone la figura de Jeremías, que profetiza la caída del pueblo elegido a raíz de su desobediencia a la ley divina. El autor utiliza este pasaje como paradigma o clave de interpretación ante la situación nacional de Polonia y de cuantas naciones tengan que pasar por el mismo trance a lo largo de la historia. «Lo que viene a decir es que cuando una nación se aparta de la ley de Dios, cuando abandona el orden instaurado por el Señor, pues pierde su identidad, su vitalidad y también su devenir histórico, moral, económico, etc», destaca la editora.
Influencia de los místicos españoles
Por otro lado, la obra de teatro corrige una creencia unánime de sus biógrafos. «Todos ellos tienden a señalar que el acercamiento de Karol Wojtyla a san Juan de la Cruz se produjo en marzo de 1941 gracias al encuentro que tuvo con un laico polaco, el sastre Tyranowsky», recuerda Carmen Álvarez. Ella, sin embargo, afirma que «el análisis interno de Jeremías, y de todas los textos literarios de su etapa juvenil, muestran ya una gran huella del místico español».
Según la editora, Wojtyla no solo habría entrado en contacto con los escritos del carmelita español, sino también con otros autores del siglo de oro patrio. «Calderón de la Barca, por ejemplo, fue uno de los autores más admirados por el futuro san Juan Pablo II. O Cervantes y su Quijote, que fue un personaje muy reeditado por los autores del romanticismo polaco de los que bebe Wojtyla», concluye Álvarez.