Jaén impulsa la conversión pastoral de todas sus parroquias
La iglesia de San Pedro Poveda tenía 1.100 niños en catequesis, pero era un espejismo. «La gente no se terminaba de involucrar», aseguran. Iniciaron un proceso de conversión que ahora sirve de ejemplo
Con 1.100 niños en catequesis, en la parroquia de San Pedro Poveda estaban emocionados con la acogida que el barrio Expansión Norte, de Jaén, había dado al nuevo templo. «Somos una parroquia de mucha gente joven y de muchos sacramentos», reconoce Julio Segurado, el párroco, en conversación con Alfa y Omega. Pero se trataba de un espejismo.
A pesar de la abultada afluencia a determinados sacramentos o actividades, «nos dimos cuenta, entre otras cosas, de que eran muy poquitos los que venían a Misa y de que la gente era muy pasiva y no se terminaba de involucrar», confiesa el sacerdote. Había que hacer algo.
Uno de los talleres que se ha impartido en el encuentro versa sobre los Cursos Alpha, «que no se trata de un movimiento, sino de una herramienta para evangelizar y para transformar la cultura de la parroquia y ponerla en modo misión», explica Enma de León, directora nacional de Alpha España.
La principal fuerza de esta herramienta «es su enfoque en la primera proclamación de la buena noticia». De León cree que, «a menudo, en nuestras parroquias se nos olvida cómo hacer esta proclamación de una manera fácil, sencilla, y entendible para el de fuera».
Por aquel entonces coincidió que el Papa publicó la exhortación apostólica Evangelii gaudium, donde Francisco «ya empezó a hablar de una conversión misionera y de que no había que esperar a que la gente viniera». Por otro lado, «entramos en contacto con Alpha y fuimos a algunos de sus cursos». La experiencia fue tan positiva que Segurado y el Consejo Pastoral de San Pedro Poveda decidieron implementar los Cursos Alpha en la parroquia. Fueron unos pioneros en este sentido. Et voilà. «Enseguida empezaron a aparecer los primeros resultados: personas que empezaban con una conversión, un cambio de vida…». Desde entonces, «no hemos parado de hacer Cursos Alpha. Los organizamos todos los años» y asisten entre 50 y 100 personas. «Ha sido una renovación. De hecho, a partir de ahí creamos un discipulado nuestro, que dura varios años y en el que incluso hemos creado nuestros propios materiales. Actualmente, tenemos en torno a 150 o 200 personas en proceso», concluye Julio Segurado, que el pasado sábado contó el proceso en Gaudium, un encuentro sobre conversión pastoral organizado por la diócesis de Jaén y que reunió a cerca de 250 personas.
La cita es el último paso de un camino que se inició en la Iglesia jienense hace tiempo. En este proceso se dieron cuenta de que el modelo pastoral actual está agotado, de que no se pueden seguir haciendo las cosas como siempre se han hecho, y se sintieron llamados a abrir nuevos caminos de futuro. «En todos los documentos del magisterio de los últimos años aparece el tema de la conversión pastoral, para que seamos más una Iglesia en salida», recuerda Juan Ignacio Damas, vicario de Evangelización de Jaén. «Venimos de una época en la que la Iglesia ha hecho lo que tenía que hacer, que era alimentar la fe de los que estaban dentro, pero ahora estamos en una situación distinta en la que tenemos que llevar la fe a quienes no conocen al Señor o a quien, habiéndolo conocido, lo han abandonado. La tarea fundamental de la Iglesia es la evangelización», añade.
Un proceso lento
Esta es una cosa que se cocina a fuego lento, advierte el vicario de Evangelización. «No podemos pensar que se trata de un cambio que se da de la noche a la mañana». El proceso comienza con el primer anuncio, porque «el principio de la fe y de la pertenencia a la Iglesia es el encuentro con el Señor», explica Damas, quien advierte de la importancia de este primer paso para una sociedad en la que ya no se puede dar por supuesto el cristianismo.
Después llega el catecumenado, donde «la comunidad parroquial tiene la importante tarea de recibir y acompañar a quienes se han encontrado con Dios en ese primer anuncio».
El tercer paso «sería entrar a formar parte de la comunidad». En último lugar está el testimonio, que «no se trata de un cometido ad intra, para hacer en la Iglesia de puertas para adentro», sino que «el cristiano vive en el mundo y lo transforma desde su trabajo, desde la política, desde distintas iniciativas sociales», concluye Juan Ignacio Damas, no sin antes subrayar que «este es el esquema teórico, pero luego uno no termina nunca de encontrarse con el Señor».