Jacques Mourad: «Los cristianos tienen mucho que decir en el futuro de Siria» - Alfa y Omega

Jacques Mourad: «Los cristianos tienen mucho que decir en el futuro de Siria»

En 2015, el actual obispo de Homs pasó cinco meses secuestrado por el ISIS. Está convencido de que los grupos rebeldes que han derrocado a Al Asad no tienen nada que ver con sus captores

Victoria Isabel Cardiel C.
El obispo en el monasterio de San Moisés el Abisinio, cerca de Damasco
El obispo en el monasterio de San Moisés el Abisinio, cerca de Damasco. Foto: Deir Mar Musa.

¿Cómo vivió la caída de Homs?
Todos los habitantes salieron en masa a dar la bienvenida a los rebeldes. Para los sirios, se trata de un momento histórico. Siento por primera vez lo que es la libertad tras años de represión. La vida está poco a poco volviendo a la normalidad. La gente ha vuelto al trabajo y los niños a las escuelas.

En 2015 vivió cinco meses secuestrado por los yihadistas del ISIS. Los insurgentes también se declaran islamistas.
El grupo que ha logrado derrocar a Bashar al Asad, a los que llamamos «rebeldes», entre comillas, no tienen nada que ver con los yihadistas del ISIS. El régimen de la familia Al Assad los obligó a huir. Han sido forzados a vivir en el exilio durante la guerra. Y ahora, tras pasar más de diez años en un campo de refugiados, han regresado para liberar a su país y a su pueblo. Son jóvenes con esperanza en un país nuevo. Quieren ver a los sirios vivir en libertad y quieren garantizar los derechos de todos con un sistema judicial que funcione.

Usted también ha participado en las reuniones con las nuevas autoridades en Homs. ¿Cómo han sido esos encuentros? ¿Cómo se han comportado con ustedes?
Muy amables y respetuosos. De momento, no puedo decir lo contrario. También participaron en los encuentros de principio de diciembre, que han sido dos, representantes de otras minorías religiosas. Nos han prometido que respetarán nuestra libertad de culto y que garantizarán que nuestras escuelas cristianas puedan seguir funcionando. Nos han dicho que todos los sirios formamos parte del mismo pueblo y que somos iguales.

Sin embargo, muchas familias cristianas temen por su futuro. ¿Cómo puede asegurarles que sus derechos serán respetados?
Yo no puedo asegurarles nada. Soy un obispo, pero estoy en la misma situación que el resto de los sirios. Los cristianos no tenemos armas ni autoridad, ni nada. Solo tenemos nuestra fe, que viene de nuestra historia y experiencia. Los cristianos estamos en Siria desde hace 1.400 años, formamos parte de este pueblo. Es verdad que algunas familias están preocupadas porque tienen miedo de estos soldados con barba y pelo largo. Pero, de momento, no tenemos razones para dudar de su palabra. Es más, también ellos han sufrido durante años a un presidente que ha bombardeado a su población.

¿Cómo ve el futuro?
Tengo confianza en Dios y en nuestro pueblo. Tenemos fe. Y esa es la clave de la convivencia del pueblo sirio, que ahora tiene que lograr dejar atrás el odio. Necesitamos estabilidad para poder despegar como país. De momento, las calles siguen estando patrulladas por gente armada. Tardaremos algunas semanas en poder retirar a todos los grupos armados, pero después confío en que poco a poco la vida se irá normalizando.

¿Cree que los cristianos tendrán un papel especial en la reconstrucción del país?
Por supuesto. Los cristianos son una clase formada que tiene mucho que decir en el futuro de Siria. Con el Gobierno anterior de Bashar al Assad había dos ministros cristianos, aunque no tenían mucha capacidad de decisión porque el presidente tenía plenos poderes. Es pronto para decir cómo va a ser a partir de ahora la participación de los cristianos en la vida política. Pero las autoridades nos han asegurado que los sirios votarán en un plazo de seis a nueve meses una Constitución que tutelará a las minorías.

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