Israel y Hamás aprueban un alto el fuego en Gaza
«Doy gracias a Dios por la decisión de detener los enfrentamientos armados y espero que se sigan los caminos del diálogo y la paz», ha dicho Francisco sobre el alto el fuego
Después de intensas negociaciones diplomáticas, Israel y Hamás, el movimiento islamista en el poder en la Franja de Gaza, aprobaron este jueves por la noche un acuerdo de alto el fuego bajo mediación egipcia para poner fin a su enfrentamiento más sangriento en años.
Durante el día corrieron rumores de tregua que finalmente desembocaron en un acuerdo de cese de hostilidades que ha entrado en vigor a las 02:00 horas de este viernes (23:00 horas GMT del jueves), después de una decena de días de enfrentamientos que dejaron al menos 232 muertos en el lado palestino y 12 en Israel.
Este acuerdo fue posible gracias a la mediación de Egipto, una potencia regional que mantiene relaciones tanto con Israel como con Hamás, un movimiento considerado «terrorista» por el Estado hebreo, la Unión Europea y Estados Unidos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aplaudió el papel desempeñado por Egipto en el alto el fuego, que calificó de «oportunidad genuina para avanzar», según informa AFP. Mientras que el Reino Unido llamó a todas las partes a trabajar para que sea «duradero».
Disparo de cohetes
Hamás comenzó las hostilidades el 4 de mayo disparando cohetes contra Israel en «solidaridad» con los cientos de palestinos heridos en enfrentamientos con la policía israelí en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, el tercer lugar más sagrado del islam.
Después de estos ataques con cohetes, Israel lanzó una operación para «reducir» las capacidades militares de Hamás multiplicando los ataques aéreos contra este microterritorio de dos millones de habitantes bajo bloqueo israelí durante casi 15 años.
Por su parte, Hamás y la Yihad Islámica lanzaron más de 4.300 cohetes hacia Israel, que cuenta con un escudo antimisiles que permitió interceptar el 90 % de estos proyectiles.
Los enfrentamientos causaron al menos 232 muertos en el lado palestino, incluidos 65 niños y muchos combatientes de Hamás y de la Yihad Islámica, y 12 en Israel, incluidos un niño de seis años, una adolescente de 16 y un soldado.
Papa: «Doy gracias a Dios»
El Papa se ha pronunciado esta misma mañana sobre el alto el fuego durante una recepción con los embajadores de Singapur, Zimbabue, Bangladés, Argelia, Sri Lanka, Barbados, Suecia, Finlandia y Nepal ante la Santa Sede, que han sido recibidos en audiencia con motivo de la presentación de sus cartas credenciales
«Doy gracias a Dios por la decisión de detener los enfrentamientos armados y espero que se sigan los caminos del diálogo y la paz», ha dicho Francisco según la agencia SIR. El Pontífice también ha pedido que «cada comunidad eleve una súplica al Espíritu Santo para que israelíes y palestinos puedan encontrar el camino del diálogo y el perdón».
Paz duradera
De igual modo, los cristianos de Tierra Santa han expresado su alegría por el alto el fuego, pero piden que se siga trabajando por una paz profunda y duradera. «Todos vemos el alto el fuego como algo positivo y como un respiro. Después de días de mucha presión, de gran tristeza, de bastante destrucción, el sentimiento de alivio es general», asegura a Alfa y Omega Alicia Vacas, superiora provincial de las Misioneras Combonianas para Oriente Medio, cuyo convento se encuentra situado en mitad del muro instalado por Israel en Tierra Santa.
Sin embargo, la religiosa también habla de una «cierta preocupación. Hay que ver si esto aguanta. Llevamos aquí bastantes años y hemos visto demasiadas treguas y la experiencia te dice que no te lo acabas de creer hasta que lo ves con tus propios ojos y es definitivo». Además, «este conflicto va mucho más allá que los enfrentamientos entre Hamás y el Gobierno de Israel», explica.
En este sentido, Vacas subraya que «esto es un expresión dramática y exagerada del conflicto, pero es una puntita de todo lo que hay. La impresión en los últimos días es que la atención internacional se había fijado exclusivamente sobre este enfrentamiento, porque es muy llamativo, pero el riesgo es que nos relajemos todos porque hemos obtenido finalmente un alto el fuego». Así, «los problemas quedan sin respuestas, la realidad de la gente sigue afrontando las mismas dificultades, y se va cocinando el próximo ataque y la próxima exacerbación de la violencia».