Israel encuentra nuevos fragmentos de pergaminos bíblicos: Es «una nueva página en la historia»
En la operación también se descubrió un alijo de monedas raras de la época de Bar-Kokhba; un esqueleto infantil de 6.000 años de antigüedad; y una gran cesta intacta que data de hace 10.500 años, probablemente la más antigua del mundo
Según Vatican News, se trata del descubrimiento arqueológico de pergaminos bíblicos más emocionante y sensacional de los últimos 60 años. En el desierto de Judá, el territorio que se extiende entre el Estado de Israel y Cisjordania, gracias a una compleja operación de excavación llevada a cabo por la Autoridad de Antigüedades de Israel, han salido a la luz nuevos fragmentos de pergaminos bíblicos que datan de hace 2.000 años. Los hallazgos están escritos principalmente en griego y contienen porciones de los doce profetas menores, en particular Zacarías y Naum.
En la operación también se descubrió un alijo de monedas raras de la época de Bar-Kokhba, el líder judío que dirigió la revuelta contra los romanos entre el 132 y el 135 d. C.; un esqueleto infantil de 6.000 años de antigüedad, probablemente femenino, envuelto en tela y momificado; y una gran cesta intacta que data de hace 10.500 años, probablemente la más antigua del mundo.
La cueva de los horrores
Es parte de la herencia depositada en las cuevas del desierto de Judá durante los grandes levantamientos antirromanos del pueblo judío. «Durante las dos revueltas -dice Fidanzio- algunos refugiados se escondieron en las cuevas porque eran perseguidos por los romanos. En este caso concreto nos referimos a una cueva con un nombre dramático, se llama la cueva de los horrores», explica a Vatican News Marcello Fidanzio, profesor de ambiente bíblico en la Facultad de Teología de Lugano y director del Instituto de Arqueología y Cultura de las Tierras Bíblicas.
¿Por qué este nombre? «Unos 40 hombres, mujeres y niños murieron aquí de hambre y sed. En este lugar, durante su huida, habían traído algunos de sus objetos más preciados: posesiones, utensilios de la vida cotidiana y textos escritos: documentos y textos bíblicos». La reciente misión arqueológica de la Autoridad de Antigüedades de Israel, que comenzó en 2017, descubrió 20 pequeños fragmentos de pergaminos bíblicos.
Según el director del Instituto de Arqueología y Cultura de las Tierras Bíblicas de Lugano, se trata de «una nueva página en la historia de las excavaciones arqueológicas». Y añade: «Nos encontramos ante pequeños fragmentos, por tanto, un número limitado de líneas de texto escritas en griego relativas al Antiguo Testamento. Son una prueba de lo que los estudiosos llaman fluidez textual, la época en que el texto de la Biblia aún no era estable y único. Solo más tarde las Escrituras fueron canonizadas, fijadas y luego transmitidas con gran fidelidad hasta nuestros días».
Los fragmentos de la Cueva de los Horrores, por tanto, representan un momento todavía constitutivo y gracias a ellos podemos captar una etapa que condujo al texto definitivo.
«Estos descubrimientos nos introducen en un momento extremadamente fascinante de la historia: aquel en el que la Biblia encuentra su forma, se constituye». Entre las muchas características que se desprenden del estudio de los fragmentos, surge un detalle: en el texto griego, las cuatro letras impronunciables del nombre de Dios están escritas en paleo-hebreo, la antigua escritura que se utilizaba en la época del primer templo (hasta el 586 a.C.). «Ya existía en aquella época, como en los pergaminos utilizados en la época de Jesús, un gran respeto por el impronunciable Nombre de Dios. Escribirlo con otro alfabeto -concluye Fidanzio- es una estrategia del escriba, destinada a inducir al lector a centrar su atención en esas letras. Es decir, es un punto del texto que requiere gran respeto y sacralidad».