Isabel Díaz Ayuso: «He rezado a san Isidro para que acabe la pandemia de soledad»

Fueron unos 30 minutos de encuentro entre Francisco y la delegación madrileña. El 15 de mayo termina el Año Santo de san Isidro —que se celebra con motivo de los 400 años de la canonización del patrón de Madrid— y, a fin de agradecer la concesión del jubileo, el arzobispo, cardenal Carlos Osoro, acudió el pasado sábado, 18 de marzo, al Vaticano junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, y el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida. La comitiva colmó al Papa argentino de regalos relacionados con el santo patrón, como una botella con agua de su fuente, un facsímil que recoge sus milagros o varios libros editados este año. También hubo otros presentes más mundanos, como las camisetas de los equipos de fútbol de Primera División de la región: Real Madrid, Atlético de Madrid, Rayo Vallecano y Getafe.

Durante su audiencia, el Pontífice pidió a los políticos madrileños «unidad, que no es lo mismo que uniformidad» y, sobre todo, que trabajen por los ciudadanos por encima de cualquier ideología. «Y lo tendremos en cuenta», reconoció Isabel Díaz Ayuso en declaraciones a los medios desde la misma plaza de San Pedro. La presidenta de la Comunidad de Madrid se dijo dispuesta a «escuchar y aprender sobre los consejos de Francisco». Alfa y Omega tuvo la oportunidad de conversar con la política madrileña, quien reconoce la importante labor de la Iglesia católica en la región en favor de tantas personas, especialmente, de las más vulnerables, más si cabe «a raíz de la pandemia». Díaz Ayuso confiesa, además, que pidió al Papa Francisco que rece por todo el pueblo de Madrid.

¿Qué impresión personal se lleva tras conocer al Papa Francisco?
Me ha parecido una gran oportunidad, un orgullo y, realmente, una visita que nos ha inspirado mucho y que siento que he hecho en nombre del pueblo de Madrid para estar con la cabeza de los católicos en el mundo. Ha sido una mezcla de sensaciones y de reflexiones.Le he transmitido el cariño del pueblo madrileño, sobre todo, de las personas vulnerables que en estos días sabían que iba a venir aquí. Ha sido algo motivador.

¿Se ha emocionado?
Sí, sí, porque soy consciente de la responsabilidad que tengo, pero mucho más en ocasiones como esta. He hablado al Papa, por ejemplo, del caso de unos niños con los que estuve el otro día en el hospital Niño Jesús y que estaban probando un exoesqueleto para poder moverse. También le he contado algunas cosas sobre lo que estamos haciendo en Madrid para unir a la población, sin distinción de barrios. Le he hablado sobre la integración de la inmigración en nuestra comunidad, de las oportunidades que hay para que un niño de cualquier barrio pueda estudiar en otro colegio para mezclarse con otros… Le ha gustado mucho. En lo personal, este encuentro será un recuerdo para toda mi vida, para siempre. Y como presidenta de la Comunidad de Madrid, ha sido una oportunidad y una suerte. Siempre creo que merece la pena ser presidenta de la comunidad, cada día. Y ante las dificultades, más. Y con momentos como este… Esto vale por todo.

¿Cómo valora el trabajo de la Iglesia en Madrid?
Siempre he sido consciente de este trabajo, pero más a raíz de la pandemia. De hecho, desde que soy presidenta, he ido guardando en mi mesilla de noche relicarios, estampas, rosarios y todo aquello que los madrileños, precisamente los más vulnerables y enfermos, me han ido regalando cuando me han visto. Y es tal la cantidad que tengo a día de hoy que el cajón ya no puede ni abrirse. Y eso es símbolo de todos los valores y de todo lo que comporta la labor de la Iglesia para tantas personas.

En este Año Santo de san Isidro, patrón de Madrid, ¿le ha rezado en algún momento?
He rezado y lo he hecho pidiendo, sobre todo, acabar con la soledad. La soledad es una gran pandemia sobre la que creo que no ponemos el acento lo suficiente.

¿Soledad de jóvenes, soledad de ancianos…?
De todos, de todas las edades. La soledad está siendo la gran pandemia. Primero era la soledad que afectaba a los mayores, pero ahora ya se está trasladando a los niños y a los adolescentes y creo que en esa soledad está la respuesta a muchos problemas de hoy.

Y desde la Comunidad de Madrid, ¿cómo la están combatiendo?
Llevamos cuatro años enviando mensajes sobre la familia, la vida, lo importante de lo humano y la trascendencia en nuestro trabajo, no solo material. Lo que hacemos es hablar mucho a la juventud a través de distintos programas para que trabajen, se esfuercen y sean libres frente a las adicciones, las drogas o las redes sociales, que crean también muchos problemas. Ponemos mucho trabajo. Llevamos cuatro años haciéndolo y creo que van funcionando, como lo hacen los programas por la maternidad y la paternidad, que están revirtiendo el problema de la falta de niños.