Informe revela que pocas mujeres se sintieron escuchadas en el Sínodo
Muchas lamentan que solo fueron escuchadas de manera «simbólica», sobre todo en las parroquias, desvela una encuesta del Observatorio Mundial de las Mujeres
El Observatorio Mundial de las Mujeres, organismo de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC), ha presentado el informe Las experiencias de las mujeres en el proceso sinodal, un extenso estudio que recoge la percepción, las vivencias y los desafíos de 234 mujeres de todos los continentes que participaron en las distintas etapas del Sínodo sobre la sinodalidad.
El estudio confirma que la participación de las mujeres ha sido amplia, pero desigual. Muchas de ellas formaron parte de procesos parroquiales y diocesanos, mientras que otras tuvieron presencia en los niveles continentales y en las asambleas sinodales.
Así, la percepción de escucha y de participación crece cuanto más alto es el ámbito eclesial: mientras solo la mitad manifestó sentirse escuchada en el nivel parroquial, este porcentaje ascendió significativamente entre quienes participaron en las sesiones romanas. Algo similar ocurre con la toma de decisiones, en la que el nivel local sigue siendo el más frágil.
Muchas mujeres expresaron que su aportación sigue siendo escuchada de manera «simbólica» o condicionada por estructuras tradicionales que no siempre favorecen el cambio. La brecha más marcada aparece en el nivel parroquial, donde solo una minoría percibe que los resultados del Sínodo responden realmente a sus aspiraciones.

Más presencia
El documento recoge numerosas voces que expresan el deseo de ampliar la presencia de las mujeres en la vida pastoral, ministerial y administrativa de la Iglesia. Muchas subrayan la urgencia de fortalecer la formación teológica y el liderazgo femenino, de promover una cultura eclesial menos rígida y más abierta a la participación, y de superar el clericalismo tanto entre los ministros ordenados como dentro del propio laicado.
Ello debe traducirse en estructuras estables y decisiones efectivas, en particular en modelos de gestión y participación que integren la voz femenina en los procesos de discernimiento y en la conducción pastoral.