Incluir el aborto en la Constitución de Chile es un «obstáculo insalvable» para apoyarla
La Conferencia Episcopal del país denuncia que con la redacción propuesta, el aborto será totalmente libre hasta el parto y cualquier limitación se tendrá por inconstitucional
La decisión de incluir en el borrador de la Constitución de Chile el derecho al aborto es para la Iglesia en el país «un gravísimo atentado a la dignidad de la persona humana» y «pone un obstáculo insalvable para que muchos ciudadanos den su aprobación al texto». El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal Chilena condenó el miércoles la aprobación, el día anterior, del artículo de la nueva Carta Magna que regulará los derechos sexuales y reproductivos.
Con 108 votos a favor, 39 en contra y seis abstenciones, la norma establece que «todas las personas son titulares de derechos sexuales y derechos reproductivos», que comprenden «el derecho a decidir de forma libre, autónoma e informada sobre el propio cuerpo». Además, estipula que el Estado «garantiza el ejercicio» de estos derechos, «asegurando a todas las mujeres y personas con capacidad de gestar las condiciones para un embarazo, una interrupción voluntaria del embarazo, parto y maternidad voluntarios y protegidos».
Los obispos alertan de que esta redacción no establece «condicionamientos ni limitaciones», ni se da «un mandato al legislador para que lo regule» mediante una ley. Es decir, «queda abierto el camino para permitir el aborto a todo evento», e incluso hasta poco antes de nacer. Es más, si se establece así, «cualquier ley que pretenda regularlo puede ser declarada inconstitucional».
El no nacido «no existe»
La Convención, prosiguen el comunicado, «olvida y silencia del todo que en el vientre de quien está embarazada hay un segundo cuerpo, otro ser humano, que para quienes aprobaron la norma simplemente no existe». En este sentido, lamentan que «la mayoría de los convencionales estén optando por polarizar el proceso constitucional con un tema tan significativo, en vez de ofrecer una propuesta en la que la mayor parte de los chilenos podamos reconocernos».
Los hechos tienen «la máxima gravedad». Manifiestan además que en el país «se ha ido imponiendo una mentalidad contraria a la vida de la persona ya concebida». Con este artículo, la nueva Constitución «no podrá ser sentida y asumida como propia por muchos chilenos», incluidos los creyentes. «El respeto a la vida humana desde la concepción no es algo secundario o cuya consideración sea optativa, sino un valor fundamental que afirmamos apoyados en la razón y la fe», subrayan.