Inaugurado en Bolonia el Atrio de los gentiles
La Universidad italiana de Bolonia, la más antigua del mundo en funcionamiento ininterrumpido, fue testigo, el 13 de febrero pasado, de la primera sesión del Atrio de los gentiles, un espacio de encuentro entre creyentes y no creyentes que lanza la Santa Sede, por sugerencia de Benedicto XVI.
La iniciativa, encomendada al Consejo Pontificio de la Cultura, presidido por el cardenal Gianfranco Ravasi, fue inaugurada por el Rector de esa Universidad, Ivano Dionigi, quien aclaró que, «hablar del hombre, equivale a hablar de Dios; y hablar de Dios, equivale a hablar del hombre. Redescubrir hasta el fondo la naturaleza, lo ilimitado que hay en el hombre, significa plantearse las cuestiones últimas, interpretar la vida como una interrogación continua, como búsqueda de la verdad que no es nunca ni cómoda ni consoladora», añadió el Rector.
El cardenal Ravasi aclaró, en el Aula Magna de la Universidad, que, «del Atrio de los gentiles, por ahora, y subrayo por ahora, hemos pensando excluir a algunos: en definitiva, los que son demasiado poco ateos. Sin embargo, tendremos que entrar también en su campo: el horizonte de la superficialidad, de la amoralidad, de la indiferencia, de lo obvio, de los lugares comunes, de los estereotipos, del secularismo banal y de la religión devocional, sin color ni sabor», añadió el cardenal. «Es el lugar del ateísmo de la ridiculización, que se extiende no sólo en la cultura, en la política».
En su intervención, el cardenal Ravasi subrayó el espíritu del Atrio de los gentiles, recordando la figura de Emil Cioran, filósofo y ensayista rumano, para despejar la niebla de la vulgaridad. Tras la intervención del cardenal, la actriz Anna Bonaiuto recitó pasajes de san Agustín, Pascal y Nietzsche. A continuación, intervino el químico Vincenzo Balzani, con una ponencia sobre Una alianza para custodiar el planeta Tierra, para presentar la relación entre ciencia y fe, que se encuentran en oposición como el pulgar y los demás dedos de la mano, «pero que, juntos, permiten agarrarlo todo».
La laicidad como método fue el argumento afrontado, después, por el profesor de Derecho Constitucional Augusto Barbera, quien señaló las convergencias entre el liberalismo y el cristianismo como elemento fundamental para el nacimiento de las Constituciones y para el reconocimiento de los derechos civiles, políticos y sociales. Este sistema, sin embargo, hoy corre peligro a causa de los nuevos derechos, advirtió.
Concluyeron el encuentro dos filósofos: Sergio Givone, profesor titular de Estética en el Departamento de Filosofía, de la Universidad de Florencia, analizó la relación entre filosofía y experiencia religiosa; mientras que el antiguo Alcalde de Venecia, Massimo Cacciari, profesor de Estética en la Universidad de esa ciudad, alertó a los cristianos ante la alianza mortal con el ateísmo práctico, es decir, el fundado sobre la indiferencia.
A todos nos ha pasado. En una tertulia con amigos, sale cualquier tema relacionado con la Iglesia y uno se siente como si, de repente, empezaran a caer bombas por todos lados. O te callas, o te metes en una guerra de trincheras. Sin embargo, hay una tercera vía…
Para aliviar el clima de tensión que precedía a la Visita de Benedicto XVI al Reino Unido, un grupo de laicos creó la plataforma Catholic Voices. Uno de sus fundadores, Jack Valero, acaba de visitar España, y ha explicado a Alfa y Omega que «toda crítica a la Iglesia es una oportunidad para explicar bien las cosas, de forma positiva. No se trata simplemente de sobrevivir a la polémica en una tertulia con los amigos o en un debate en televisión. Se trata de aprovechar la situación para contar cosas muy básicas que la gente suele desconocer».
Para ello hace falta estar bien formado y bien informado: «A veces sabemos que lo que nos dicen no es verdad, pero ¿cómo lo vamos a desmentir si nosotros mismos no conocemos todos los datos? Con datos e información, no te hace falta una sobredosis de valentía ni de coraje, sólo decir la verdad, tranquilamente».
La experiencia de Catholic Voices en Gran Bretaña es alentadora. Jack Valero afirma: «Recogimos la propuesta de Benedicto XVI, cuando señala que nos hemos pasado mucho tiempo diciendo lo que hay que hacer y lo que no; ahora debemos insistir en lo emocionante que es ser cristiano». Para ello, formaron a una veintena de laicos «con familias y trabajos normales, y con muchas ganas de hablar», y les prepararon para acudir a los medios de comunicación y explicar la postura de la Iglesia en debates, tertulias, entrevistas… Sus lemas: Light, not heat (Luz, nada de calor: «para explicar las cosas con claridad y rebajar las tensión») y Wittnessing, not winning («no se trata de ganar al otro, sino de conectar con sus inquietudes y aprovechar para dar testimonio»).
Ya han recibido peticiones de Irlanda, Holanda, Alemania y, también de España, para utilizar sus materiales de formación y sus herramientas de comunicación. «No se trata de evangelizar, sino de preparar la evangelización: quitar obstáculos y prejuicios que la gente tiene sobre la Iglesia».