Imitadora de Rocío Monasterio o Yolanda Díaz: «No tengo que buscar el éxito, sino a Dios»
Inés de Miguel arrasa desde la pandemia con sus vídeos imitando a políticas y a personas públicas como Tamara Falcó. Esta artista, cuya herramienta de trabajo es la voz, reivindica el humor sano «como un regalo que nos hace Dios»
Saltó a la fama en redes sociales por sus imitaciones de políticas como Isabel Díaz Ayuso, Rocío Monasterio o Yolanda Díaz. Pero, exactamente, ¿quién es Inés de Miguel?
Soy un poco polifacética. Me dedico a la creatividad con, por ejemplo, cuñas para empresas, y a todo lo relacionado con la voz: leo audiolibros, hago imitaciones y lo compagino todo como freelance.
Pero digamos que, el gran boom que la llevó a tener miles de seguidores en redes sociales fue cuando, en la pandemia, decidió compartir sus imitaciones con el resto del mundo.
Durante la pandemia empecé a rezar el rosario. No sé por qué; fue como una inspiración mientras estábamos confinados en casa. Y, poco a poco, fue creciendo lo de las imitaciones, yo creo que inspirado, la verdad. Comencé con las políticas porque era lo que veíamos todo el rato en televisión. Siempre he tenido un punto un poco payaso, pero para adentro; nunca me había atrevido a subir ningún vídeo a redes sociales. Luego Rocío Monasterio compartió una imitación y, a partir de ahí, fue todo rodado. Siempre digo que la Virgen tuvo algo que ver.
Muy valiente además por abordar desde el humor un ámbito que ahora mismo tiene a España totalmente dividida: la política. Y con sus imitaciones suaviza la polarización.
Sí, quizá sobre todo cuando he ido a la televisión, no quiero que utilicen las imitaciones como arma para meterme con ningún partido político. Porque justo lo que hago va en contra de esto. Las imitaciones de políticas son para demostrar que todas tienen alma. A mí me gusta poder hacer reír a personas de izquierdas y derechas, y creo que el humor une.
¿Hay una buena aceptación en nuestra sociedad del humor o cada vez menos?
Estamos tan crispados que creo que ahora mismo no hay una aceptación del humor. Y, además, hay unos criterios de los que no te puedes salir, lo que supone también que no haya libertad en este campo. Tenemos un montón de trabas y mil censuras porque vivimos en un mundo de lo políticamente correcto. Pero el humor es eso, libertad, aunque ahora estemos acostumbrados a uno ácido.
O quizá… dirigido.
Sí, sí, efectivamente. Es un humor dirigido. Y el sentido del humor es precisamente eso, un sentido. A mí no me gusta cuando te tienes que meter con alguien si puedes parodiarlo. Pero es cierto que hay una delgada línea. Yo lo que intento siempre es utilizar el humor de los Monty Python, que no ofenda a nadie y que creo que es más inteligente, que nos hace falta. Porque si te das cuenta, ahora la mayor parte de los humores pasan por desprestigiar al otro o utilizar palabras malsonantes. Estamos en una guerra del bien contra el mal.
Personalmente solo conoce a Rocío Monasterio, pero muchas de sus imitadas se han puesto en contacto con ella para mostrar admiración por su trabajo. Además de a un abanico amplio de políticas, en sus filas militan Tamara Falcó, Luz Casal, Ana Milán, Najwa Nimri, Tony Acosta, Silvia Abril o incluso Aramís Fuster. Sin contar con todos los personajes de los Simpson. Sus canales de Instagram y TikTok, ambos con el usuario @ines_dmiguel, tienen miles de seguidores.
Y usted, ¿es libre?
Intento ser lo más libre posible. A lo mejor no saldré nunca más en televisión o no tendré un programa. Pero es que a mí eso me da igual. Yo lo que quiero es sentirme amada por Dios, poder vivir de esto y transmitir el mensaje de Dios a través del humor y de las creaciones que hago. Fíjate el Papa, que utiliza el humor hasta en los peores momentos. Porque, realmente, es un regalo que nos hace Dios.
¿Cómo se vive en medio del ámbito artístico siendo abiertamente creyente?
La verdad es que yo nunca lo había dicho en ninguna entrevista, pero estoy en un momento en el que tengo mucha necesidad de hablar de Dios y antes no lo habría podido hacer por miedo, por complejos. Es verdad que la gente lo puede intuir, porque hay vídeos en los que salgo con un rosario en la mano. Pero lo que sí me ha pasado es que a veces llaman de programas y, como no doy juego, no me vuelven a llamar.
No debe de ser fácil tomar esta decisión, sobre todo cuando en este mundillo es fácil que a uno se le suba a la cabeza la fama y cada vez quiera más.
Desde que soy pequeña yo siempre he pensado que quería ser famosa, como la hermana Clare. Me sentía Greta Garbo. Pero he ido aprendiendo poco a poco que no tengo que buscar el éxito, sino a Él. Yo lo que quiero es un minisitio en el cielo y mi vocación es trabajar para eso. Es muy fácil caer en la tentación cuando la gente te halaga, pero esa vanagloria es solo un espejismo.