Iglesia por el Trabajo Decente: «El derecho al trabajo está en riesgo»
Con motivo del Día Internacional del Trabajo, la ITD sugiere un cambio del sistema productivo, basado en trabajos que aporten valor, sujetos de unas condiciones laborales dignas, y donde las personas estén en el centro
El impacto de la pandemia está debilitando el derecho al trabajo y empobreciendo, precarizando y descartando a millones de trabajadores, principalmente mujeres y jóvenes. Así lo ha denunciado la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente en un manifiesto publicado este martes con motivo del día 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo.
Este deterioro provoca que «el derecho al trabajo esté en riesgo, lo que supone además que el pacto social entre en crisis y, con ello, la propia democracia», advierten desde la ITD, integrada por Cáritas, CONFER, HOAC, Justicia y Paz, la JEC y la JOC.
En el manifiesto, las entidades eclesiales también denuncian la la destrucción en el último año de miles de empleos y que muchos de los ERTE puestos en marcha se han convertido finalmente en despidos. Por otro lado, «las medidas de protección social diseñadas para paliar los efectos de la crisis no ha llegado a las personas que más lo necesitan, como tampoco ha sucedido con el subsidio temporal previsto para las trabajadoras del hogar o el ingreso mínimo vital».
Ante este panorama es necesario un cambio de sistema productivo, basado en trabajos que aporten valor, sujetos de unas condiciones laborales dignas, y donde las personas estén en el centro, sugieren desde la ITD.
En este sentido, Iglesia por el Trabajo Decente ha propuesto en el manifiesto una serie de medidas «para conseguir que el trabajo decente sea una realidad accesible para todas las personas con condiciones que permitan mantener una vida digna y una protección social que llegue a todas las personas que lo necesitan»:
– Redefinir la idea del trabajo como actividad humana y configurar nuevas políticas que aseguren a cada persona trabajadora «alguna manera de aportar sus capacidades y su esfuerzo» a la construcción del bien común.
– Potenciar el trabajo con derechos y seguro en cualquier relación laboral y para todas las personas, sin distinción de edad, sexo o procedencia.
– Garantizar el acceso a medidas de protección social para quienes no puedan trabajar o sus condiciones laborales no les permitan llegar «a fin de mes».
– Lograr el reconocimiento social y laboral de los empleos esenciales para la vida, con unas condiciones laborales dignas.
– Promover un diálogo con toda la comunidad política, sociedad e instituciones para configurar un nuevo contrato social basado en la centralidad de la persona, el trabajo decente y el cuidado del planeta.
– Impulsar la incorporación de la juventud al mercado laboral en una sociedad golpeada por una crisis sanitaria social y económica, creando oportunidades reales de acceso al trabajo digno.