«La secularización radical que llega a las conciencias y a las orientaciones básicas, éticas y jurídicas de la sociedad en el presente y de cara al futuro sitúa también en términos de mayor radicalidad la misión de la Iglesia». Esta afirmación, entresacada del último capítulo del último libro del arzobispo de Valladolid, monseñor Ricardo Blázquez, nos sitúa tanto en el diagnóstico como en la propuesta de nuestro autor. ¿Es acaso este libro uno más de entre la abundante bibliografía sobre la nueva evangelización? ¿Cuál es su aportación específica? ¿Cuáles los contenidos fundamentales? ¿Es un libro de teología, de pastoral, o autobiográfico, como se puede leer en algunos de sus apartados?
El 29 de mayo de 1988, domingo de la Santísima Trinidad, hace veinticinco años, monseñor Ricardo Blázquez recibía la ordenación episcopal de manos del cardenal Rouco Varela. Concelebraban con él, entre otros, el entonces arzobispo de Madrid, cardenal Ángel Suquía, y el también entonces Nuncio en España, monseñor Mario Tagliaferri. Con motivo de esa efeméride, el hoy arzobispo de Valladolid ha querido reunir varios de sus últimos escritos que son acta, testamento y testimonio, de su reflexión teológica, de su pensamiento eclesial, de su quehacer pastoral. Hay una serie de constantes en la trama de este texto, que es una pintura de la misión de la Iglesia sobre teselas de un mosaico ensamblado por la experiencia. Nos encontramos ante una lectura profunda, desde el ejercicio del ministerio episcopal, del Concilio Vaticano II, en línea de tensión hacia la nueva evangelización. Porque la propuesta que subyace es la de la pedagogía de la identidad de la Iglesia, a la luz del Magisterio reciente. Se podría decir que esta sinfonía inacabada, por la propia naturaleza del libro, tiene dos núcleos: la reflexión sobre la Iglesia y la reflexión sobre la nueva evangelización, a partir de la propuesta de los Papas contemporáneos. Como bien nos advierte su autor, este libro está entregado a la editorial antes de que se produjera la renuncia de Benedicto XVI y la elección del Papa Francisco, con lo que el horizonte está abierto a futuras profundizaciones.
También, en esa concordancia entre la experiencia del ministerio episcopal y la reflexión sobre el quehacer diario, el autor nos entrega unos últimos trabajos que se centran en la Eucaristía y la caridad, y en los misterios de la Pasión, muerte y resurrección de Cristo, junto con un sermón de las Siete Palabras, que ofrece una clave espiritual. Como muchos de los textos, en su referente original, responden a intervenciones en muy diversas circunstancias, hay que destacar tanto las notas autobiográficas que hace don Ricardo como las glosas a los problemas de la actualidad que interpelan a la conciencia cristiana. Son muy interesantes, por ejemplo, sus reflexiones sobre la aplicación del Concilio Vaticano II, o el capítulo dedicado a la Iniciación cristiana y a la nueva evangelización, en el que, además, describe su personal trayectoria de relación con el Camino Neocatecumenal. Dos ideas síntesis: todo cristiano está llamado a ser testigo del Señor, no sólo por el conocimiento del Evangelio y de la doctrina cristiana, sino también por un «conocimiento interno de Dios», por su experiencia personal de Dios; y que una Iglesia misionera tiene que ser una Iglesia de santos y de mártires.
Ricardo Blázquez
Sal Terrae
2013
200
18,50 €