Hugo Becker y Vincent Mottez: «La guerra de la Vendée todavía es una herida abierta» - Alfa y Omega

Hugo Becker y Vincent Mottez: «La guerra de la Vendée todavía es una herida abierta»

Miles de personas fueron masacradas tras la Revolución francesa. La película Vencer o morir busca la reconciliación, aseguran sus autores

María Martínez López
Becker y Mottez atienden a los medios en el Consulado General de Francia en Madrid. Foto: María Martínez López.

Tras el éxito de sus parques temáticos de ambientación histórica, Puy du Fou ha decidido embarcarse en el mundo audiovisual creando una productora de cine. Se estrenan con Vencer o morir, un largometraje sobre la guerra de la Vendée (1793-1796) entre un movimiento campesino y el Gobierno revolucionario francés, que lo reprimió cruelmente.

¿Cómo abordó como guionista este encargo sobre un tema tan sensible?
Vincent Mottez: Eligieron el tema porque el parque se encuentra en la Vendée y allí es una historia muy conocida. Charette, el protagonista, es un héroe local. Yo ya lo había estudiado a título personal y me tomé muy en serio el proyecto, buscando hacer un trabajo lo más honesto y documentado posible. Quería dar una visión no maniquea. Evidentemente, lo hemos hecho desde el punto de vista de la población y de Charette; es algo inevitable y propio de la ficción. Pero es importante respetar los hechos.

¿Qué desató realmente la guerra?
V. M.: Entre muchas otras, hubo dos razones principales. Una fue la Constitución Civil del Clero, que transformó a los sacerdotes en funcionarios del Estado. Muchos fueron perseguidos y la población no lo comprendió, era un golpe a los pilares de su vida. La segunda razón fue la leva masiva que se decretó en marzo de 1793 para reclutar a la fuerza a 300.000 hombres en el contexto de la guerra con toda Europa. Surgieron rebeliones en muchos lugares.

Becker, usted apenas conocía este episodio. ¿Qué pensó al ofrecerle ser el protagonista?
Hugo Becker: Era una rara oportunidad de hacer una película histórica. En Francia apenas se hacen. Y si para mí era algo desconocido, podía interesar a más gente. En el proceso nos implicaron mucho a todo el equipo. Vimos entrevistas a historiadores con distintas visiones. Sobre este tema se pueden leer cosas. Pero hacer una película es plantear que «sería bueno hablar de esto». No hay nada antirrevolucionario en la película.

Vincent Mottez

Su afición a la historia llevó al francés Mottez (1982) a, además de su trabajo como periodista, publicar algunas obras sobre personajes históricos como Napoleón o Juana de Arco, y también libros infantiles sobre historia. Desde 2017 ha realizado varios documentales, en particular episodios para la serie de televisión Secretos de la historia. Vencer o morir es el primer largometraje de ficción que escribe y dirige.

Aun así, ha sido bastante cuestionada y polémica en Francia. ¿Es posible que se llegue a negar lo ocurrido?
V. M.: Hubo críticas que se amplificaron, pero también un gran éxito en las salas, con 300.000 espectadores. Es un tema muy sensible. Los franceses están muy apegados a la Revolución francesa porque todavía define los valores de la república. Contábamos con que exponer ese mito mostrando que el pueblo sufrió suscitara, al menos, discusión. Nos anticipamos a ello trabajando con rigor. La polémica se centró en un juicio de intenciones, pero los historiadores no encontraron ningún error en la cinta. Nadie niega las masacres: independientemente de sus ideas, los historiadores hablan de 200.000 muertos. En el siglo XIX, autores como Víctor Hugo escribieron sobre ello. Pero en el XX se convirtió en una cuestión política, sobre todo en los años 90, al empezar a hablar de «genocidio». Es esa palabra, anacrónica a la época, la que genera problemas.

H. B.: De forma premeditada, no la usamos. Cada película pretende dar un punto de vista sobre una parte de una historia. Se podría hacer otra desde el otro lado y sería interesante. Es algo que ocurrió y sobre lo que, aunque ahora sí lo han incluido en el currículo, no se enseñaba lo suficiente en la escuela: solo que se tomó la Bastilla y luego el terror duró tres años. Pero es algo más que un nombre: fueron tres años de masacres.

Hugo Becker

Los directores de Vencer o morir aseguran que siempre pensaron en Becker (1987) para interpretar a Charette. Reconocido como un joven talento en Cannes en 2010, además de hacer papeles en películas y series francesas saltó el Atlántico para aparecer en varios episodios de Gossip girl. Su primer papel protagonista fue en El último viaje (2020), una obra de ciencia ficción con mensaje medioambiental.

La película se presenta con vocación de reconciliación. ¿Lo han logrado?
H. B.: Cuando rodamos en la Vendée nos encontramos con gente a la que el tema aún le afectaba, porque la guerra todavía es una herida abierta y en 200 años casi nadie ha hablado de su historia. Fue muy importante para esas personas saber que no a todo el mundo le da igual. La película les ha ayudado a hacer las paces con lo que ocurrió. Y no veo a quién puede hacerle daño en el otro lado. Reconocer lo que pasó no significa que la Revolución francesa fuera mala. Gracias a ella hicimos cosas estupendas. Pero no hay que mirar para otro lado.

V. M.: La verdad libera. El tema era tabú y había que abrir ese absceso. El arte permite atraer a un público amplio que luego puede ampliar su conocimiento, y también suscita debate. La película ha hecho mucho bien.

Tanto la guerra en sí como la película tienen paralelismos con la guerra de los Cristeros en México y la cinta Cristiada, como el dilema entre lucha y martirio o el conflicto del protagonista sobre si abrazar esa causa.
H. B.: De esta historia nos gusta que es universal: la lucha de un pueblo oprimido contra el poder que abusa de él. Hay mucho con lo que uno se puede identificar. Piensas en las luchas de tu vida y te ayuda a tener esperanza y fuerza para combatir, superarte y seguir tus ideales.

V. M.: Otra idea universal es que, cuando hay una revolución, a menudo se produce una contrarrevolución por parte de un pueblo que está dispuesto a luchar para defender sus costumbres. Con dilemas, sí, porque eso suele acabar en guerras fratricidas; las peores de todas.

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