Hoy día el profesor de Religión es respetado porque «ha habido lucha»
50 años después de la creación de la Delegación de Enseñanza de la archidiócesis de Madrid, José Luis Guzón advierte de la caída de alumnos en la pública. Pero también hay menos prejuicios
«Ha habido una evolución en el perfil del profesor de Religión», explica José Luis Guzón, delegado de Enseñanza de la archidiócesis de Madrid ahora que esta área cumple 50 años. Antes los docentes «eran personas cercanas a la parroquia, generalmente mujeres, a las que se les pedía que dieran algunas horas en la escuela más próxima. Se veía casi como un voluntariado, se les pagaba una miseria». Medio siglo después, gracias al empeño de esta delegación, «se ha conquistado un estatuto muy parecido al de profesor funcionario, casi con el mismo sueldo y vacaciones. Y hace poco se consiguieron los días de libre disposición». Una serie de logros que evidencian que «hoy el profesor de Religión es una persona respetada». «Es el triunfo de su propio esfuerzo y dedicación», les reconoce Guzón, quien señala que «para esto ha habido lucha y los sindicatos han dignificado la profesión». A lo que ha ayudado la fomación que imparte la delegación. Es una visión que comparte el arzobispo de Madrid, el cardenal José Cobo, cuando con motivo del aniversario, en el Seminario Conciliar de Madrid, dijo a estos profesionales que «somos fruto de trabajos, esfuerzos, desvelos, proyectos y siembras anteriores».
No solo ha cambiado el docente —ahora son menos sacerdotes y entre los laicos también hay hombres— sino que los alumnos han experimentado otra transformación. «Yo, que doy clases en la universidad, veo cómo los chavales están mucho más abiertos porque no han oído nunca hablar de la religión y tienen una lúcida ingenuidad», valora Guzón. Se habla con ellos «sin el fin de persuadir» y, tras haber roto la cadena de prejuicios de sus padres, «todo les sorprende».
Pero sigue habiendo retos. En los colegios públicos «es muy perceptible la caída» en el número de alumnos. Actualmente solo un 34 % cursa Religión y cada año la grieta se agranda un punto porcentual. «Tenemos que ver cómo remontar para, en vez de perder cada año un poco, que se pueda crecer». En los privados y concertados, el número de alumnos que eligen la asignatura es más del doble, en torno al 85 %.
Otro objetivo es lograr un horario más racional en segundo de Bachillerato, donde Religión «se coloca a primera o séptima hora, a veces cuando ya no está ni el bedel», señala José Luis Guzón. Considera que designar esa franja por defecto es un incentivo perverso para hacer pellas, saltarse la clase para estudiar precisamente en ese curso donde la selectividad intimida tanto o, en el mejor de los casos, seguir la lección somnoliento.