Historia tras las cámaras - Alfa y Omega

En 2020, en pleno confinamiento, un amigo común nos presentó a Santos Blanco y a mí con la idea de organizar una campaña para recaudar fondos destinados a los religiosos de clausura que, por primera vez, pedían ayuda al quedarse sin modo alguno de sustento. Desde entonces, fue creciendo nuestro contacto con distintos monasterios y conventos, y más fue creciendo en nosotros el anhelo de que la gente pudiese escuchar la riqueza de estas personas fascinantes y extraordinariamente sabias y libres.

A decir verdad, la vida contemplativa siempre ha sido uno de mis puntos débiles. De niña, desde mis 12 a mis 23 años, mantuve correspondencia con un cartujo. Y, en los años 40, mi abuelo Antonio logró el permiso para convivir durante unos días con monjes cartujos. Quería escribir un libro sobre su vocación y lo logró. Estampas cartujanas fue un best seller durante cerca de una década y los cartujos lo nombraron «cartujo honorífico» ¡aun siendo padre de ocho hijos! Fue enterrado con el hábito de estos religiosos y en la fecha de su muerte rezan en las distintas cartujas de España las mismas oraciones que por un hermano difunto.

Cuando Libres comenzó a gestarse, decidí confiar e invertir todo lo ganado en Bosco Films en los últimos años. Producir da vértigo, pero contaba con el talento de Santos y su equipo para asumir ese precioso riesgo, al que poco a poco se fueron sumando más personas, empresas e instituciones.

Los cartujos rezan por mi abuelo cada 21 de abril, fecha de entrada en esa nueva vida: la auténticamente contemplativa. Hace meses, ante su tumba, me percaté de que este año era viernes y supe que teníamos fecha de estreno. Todo gran proyecto necesita de patrón y de oración. En Libres ambas cosas las tenemos ya garantizadas. Ahora, la película pasa a ser del público. Ojalá quien la vea salga algo más pleno que cuando entró.

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