Personas sin hogar protagonizan una película sobre su vida - Alfa y Omega

Personas sin hogar protagonizan una película sobre su vida

El Festival de San Sebastián acogió el estreno de Hijos de Dios

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Años y años viviendo en la calle hicieron a Mariano (izquierda) y Javier «compañeros leales». En la foto con Ekain Irigoien en el rodaje en la plaza de Ópera, su casa durante 15 años
Años y años viviendo en la calle hicieron a Mariano (izquierda) y Javier «compañeros leales». En la foto con Ekain Irigoien en el rodaje en la plaza de Ópera, su casa durante 15 años. Foto: Ekain Irigoien.

«Detrás de cada una de estas personas hay un historia que no conocemos y que merece ser contada», dice el director de cine Ekain Irigoien. Así nació Hijos de Dios, cinta estrenada en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián que narra la historia de tres personas sin hogar, invisibles para la gente en las calles de Madrid, pero que tienen entre sí una fuerte amistad que les impide caer en la locura.

Fueron ocho meses de trabajo de campo, en los que el director compartió albergue y comida con muchas personas sin techo para poder elegir a quienes iban a ser los protagonistas de la película. ¿Por qué no actores? «Yo quería contar una historia de verdad, una película dura, que mostrara cómo es la vida de gente que lleva décadas en la calle», responde Irigoien. Creo que si lo hubiese hecho con actores faltaría algo de verdad. Quería una película real, con una historia real y con gente real».

Ekain Irigoien
Ekain Irigoien

Todo empezó con una persona sin hogar que apareció un día en un banco de la calle, donde pasaba las horas de la mañana a la noche. Esa era la imagen que veía cada día el director de cine Ekain Irigoien. Se le ocurrió la idea de hacer una película sobre esta parte de la población tan desconocida.

En el albergue Santa María de la Paz, perteneciente a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, conoció a Javier Lea, que le presentó a Mariano y a Mari Jose, los otros dos protagonistas del filme. Así se articuló una historia en la que los diálogos y las situaciones que viven los personajes no son ficción. Lo que siguió fueron cinco años de rodaje, trabajando sin guion y esperando a que los acontecimientos ocurrieran, «para acercarme lo más posible a la realidad».

La película se llama Hijos de Dios en referencia a esa expresión que surge a veces cuando se juzga a alguien pero se le quiere quitar hierro: «Bueno, pero ese también es hijo de Dios», se dice. «La película busca alejarnos de los juicios que tenemos hacia estas personas. Es verdad que han tomado decisiones que han influido en su situación, pero hay desgracias que les han caído encima como una losa», afirma el director de cine.

Con el filme, Irigoien busca que el espectador entienda que «nadie es más que nadie; todos somos hijos de Dios y parte de la sociedad; no puede ser que sigan siendo invisibles».

«Somos perros de la calle»

«Muchos amigos han muerto por las drogas y el alcohol», dice Javier Lea, su protagonista principal. Tras una infancia «muy dura» fue «mal padre y mal marido», y después se pasó 15 años viviendo en la calle junto a Mariano, su amigo del alma, también protagonista de Hijos de Dios. Para Javier, las personas sin hogar «somos perros de la calle, pasamos frío, calor y hambre». Pero al hablar de sus compañeros utiliza una expresión poco común: «somos leales».

Le invitaron al estreno de la película en el Festival de San Sebastián, donde «fui vestido como nunca he ido, de chaqueta y todo. Me miraba en el espejo y me decía: “Ese no soy yo”». Fue incluso un coche del festival a buscarle. «La gente ha sido muy agradable», afirma, enseñando con orgullo la acreditación del festival, que siempre lleva consigo.

Javier Lea

Abandonado por su madre al nacer, Javier Lea, protagonista de Hijos de Dios, con 4 años fue dado en adopción. Su madre adoptiva murió cuando tenía 10 años y su padre lo quiso devolver a la inclusa. A los 14 probó las drogas y robó una gasolinera. Pasó nueve años entre el correccional y la cárcel.

Durante décadas, deambuló sin rumbo por las calles de Madrid, pero ha pisado la alfombra roja de San Sebastián y la gente ha llenado las salas para ver una película sobre su vida. «Los espectadores se levantaban, aplaudían… Yo estaba alucinado, eso ha sido lo que más me ha impresionado», recuerda con emoción. Pasar de invisible a que te aplaudan «es raro, porque en la calle ni te miran. Pero de ahora en adelante voy a pedir exclusivas», dice con humor.

Pero esa alegría le dura poco. Se le nubla la mirada al recordar a María, su madre adoptiva: «La vida me pegó un palo muy fuerte. Me quitó a mi madre muy pronto», dice casi entre lágrimas, recordando la figura de aquella mujer que le rescató de la inclusa.

¿Qué te gustaría que se le quedara a la gente tras ver la película? «Que vean que las personas de la calle no somos malos, no hacemos daño a nadie, ni nos metemos con nadie. Y no somos invisibles». Y se despide diciendo: «Si quieres que vaya a hablar a los chavales sobre los peligros de las drogas y del alcohol, tú dímelo».

Hijos de Dios
Director:

Ekain Irigoien

País:

España

Año:

2020

Género:

Drama

Público:

Pendiente de calificación

Cartel de 'Hijos de Dios'