Futuro prior de Taizé: «Los jóvenes son muy sensibles a la unidad»
El hermano Matthew asumirá el 3 de diciembre el liderazgo de la comunidad de Taizé, que convocó a miles de personas a orar por el Sínodo en Roma. Asegura que esta cita interesa mucho al resto de cristianos
El hermano Matthew, anglicano y de origen británico, será a partir del 3 de diciembre el próximo prior de la comunidad ecuménica de Taizé. Antes de asumir sus nuevas responsabilidades ha pasado por Roma para impulsar Together, una vigilia ecuménica que tuvo lugar el 30 de septiembre para rezar por la fase universal del Sínodo, que arrancó este 4 de octubre. La vigilia reunió en la plaza de San Pedro a los líderes de doce denominaciones cristianas «que escucharon la llamada del Papa» el pasado 16 de enero al concluir el rezo del ángelus. «Él les dijo: “Necesitamos vuestra oración”. Esto supone un paso de gran humildad y un camino que podemos recorrer juntos», considera.
Fruto de esta invitación, y con la ayuda del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, la plaza de San Pedro albergó al mismo tiempo al Obispo de Roma; a Bartolomé, patriarca ecuménico de Constantinopla, y a Justin Welby, primado de la Iglesia anglicana. Pero también a representantes de las Iglesias copta, ortodoxa etíope, ortodoxa asiria y siromalankar; y de la Federación Luterana Mundial, la Comunidad Pentecostal Mundial, la Alianza Baptista, el Consejo Metodista, la Unión de Utrecht (una federación de Iglesias veterocatólicas) y el Consejo Mundial de Iglesias. «En total fueron 20 representantes y había jóvenes de cada una de las Iglesias presentes», celebra el hermano Matthew.
A los pies de la basílica de San Pedro, seguían la vigilia 3.500 jóvenes de distintos países que se habían inscrito para pasar un fin de semana similar a los encuentros europeos que organiza Taizé en año nuevo y casi 15.000 participantes más. «Creo que es algo muy bonito y muestra cómo los jóvenes son sensibles a estos signos de unidad y a la llamada a vivir juntos en Cristo», considera el británico. «La gente joven no ignora las divisiones sino que ve más allá», matiza. A su juicio, la vigilia del 30 de septiembre mostró que «es posible para las diferentes Iglesias reunirse y dar una bendición conjunta en la plaza de San Pedro». «Es la primera vez que una reunión tan grande de líderes hace algo así en Roma», recalca.
Para el próximo prior de Taizé lo más interesante ha sido la capacidad de convocatoria para rezar por el Sínodo, un acontecimiento de la Iglesia católica que ha despertado el interés del resto de cristianos. «El camino sinodal trata de redescubrir la vocación de todos los bautizados y es, por tanto, ecuménico». Al mismo tiempo, «el ecumenismo es siempre sinodal, porque significa sentarse a hablar y hacer un viaje juntos».
Un anglicano al frente
El hermano Matthew recoge con mucho agradecimiento el testigo del hermano Alois, al frente de la comunidad desde el asesinato de su fundador, el hermano Roger, en 2005. Preguntado sobre qué puede aportar a la comunidad su herencia anglicana, el hermano Matthew responde tajante: «No pienso de esa manera. En Taizé lo importante es ofrecer la vida por Jesús y vivir en comunidad».
Uno de los retos que se plantea la comunidad en esta nueva etapa es cómo acercar a la vida cristiana a los jóvenes con inquietudes espirituales que acuden a ellos para vivir durante una semana una experiencia monástica pero luego no se vinculan a sus parroquias locales. «Yo les planteo lo que llamo “el desafío de la Misa dominical”. Aunque tengas tu grupo juvenil, ve a la Misa del domingo una vez al mes. Entonces quizás conozcas a la gente y tengas un sentimiento de comunidad», propone. «El Papa Francisco habla de esto mucho: hay que acompañar a la gente, no juzgarla y no decir cómo tiene que vivir su vida. Si la gente joven tiene la experiencia de que alguien los escucha y toma en serio, sienten que pueden compartir su viaje», concluye.
Otro reto es seguir haciendo frente a los 15 casos de abusos en el seno de la comunidad que se han detectado desde 2019. «Entendimos que era importante buscar ayuda fuera. Cuando tú hablas con una víctima, de algún modo representas al agresor y es difícil. Y solo con una mirada externa puedes ser objetivo, aunque te diga cosas difíciles».
Ester Clua participó en la vigilia de oración Together «porque nos lo propuso el delegado de Juventud» de la diócesis de Solsona. «Ha sido una oración histórica con doce líderes de Iglesias, ha estado representado todo el mundo que ha querido venir», declara. Está vinculada con Taizé desde 2010, ha ido a los encuentros europeos de Roma, Valencia, Basilea, Madrid, Breslavia y Rostock. También es coordinadora sinodal de su parroquia. «Cuando empezó la fase diocesana se hizo hincapié en que, si no podías participar en un grupo sinodal, al menos puedes rezar». Y eso ha querido hacer en Roma. Rui Marques, seminarista de su diócesis, considera que «el hecho de rezar y hacerte presente ya ayuda, porque así entramos en comunión con la Iglesia universal y, aquí, de un modo específico con los padres sinodales que van a estar reunidos todo el mes». Finalmente, Joel Santana-Parramon, quien frecuenta Taizé desde los 15 años, apunta que «no hace falta hacer cosas espectaculares, basta con algo tan sencillo como rezar al lado de gente que a primera vista es distinta a ti».