«Hemos escuchado: “Mátalo, dispara”», asegura el arzobispo de Lima

Manuel Merino, que había asumido la presidencia de Perú el martes 10 de noviembre tras la destitución del presidente Vizcarra, dimitió este domingo, 15 de noviembre, al hilo de una serie de protestas que han tenido lugar durante toda la semana en el país. El sábado murieron dos jóvenes en las marchas.

La tarde del domingo, en el programa Diálogo de fe de la agencia peruana RPP Noticias, monseñor Carlos Castillo Mattasoglio, arzobispo de Lima –capital de Perú–, expresó su cercanía y oración por los dos jóvenes que fallecieron «por manifestar su conciencia cívica, su indignación y la necesidad de un cambio profundo en nuestro país». Asimismo, señaló que «estamos en una situación demasiado difícil como para minimizar las manifestaciones, que son realmente las más grandes que hemos tenido en nuestra historia».

El obispo de la capital peruana pidió asimismo a las autoridades que tomen «conciencia de lo que pide el pueblo». «Creo que el camino siempre es el diálogo», pero «estamos ante un problema profundo que se ha ido acumulando por el proceso de corrupción gravísimo que vivimos». La verdadera salida pasa, añadió, por escuchar «el sentir, la inspiración y la profunda visión que se esconde detrás de estas manifestaciones, que es la de un pueblo que quiere resucitar». Es cierto «que la gente está asediada por la pandemia, pero el problema no es ese. La cuestión se dirige directamente hacia la conciencia democrática y la defensa del país», apuntó.

El arzobispo de Lima también pidió detener la represión contra los jóvenes que salen a las calles. «Si se quiere hacer algo, se tiene que retroceder en varias cosas. Una de ellas es la represión», afirmó. «Las muestras evidentes es que ha habido fallecidos e intenciones: “Mátalo, mátalo; dispara, dispara”, hemos escuchado. Eso es una cosa gravísima y eso viene de personas infiltradas, cuando los muchachos en ningún momento han querido hacer daño a nadie», sostuvo.

Los obispos peruanos publicaron al inicio de la semana un comunicado sobre la situación de crisis política que vive el país: «Cada día la desconfianza, incertidumbre e inseguridad que sufre nuestra población daña irreversiblemente el progreso de Perú. Se necesita un camino claro para salir de esta crisis». Es fundamental, añadían los prelados, «escuchar los gritos y clamores de la población para recuperar la confianza, la tranquilidad y la paz social. Por eso, el esfuerzo por un diálogo social profundo y amplio es fundamental, buscando soluciones alternativas al enfrentamiento y al conflicto».

La noche del domingo el Congreso seguía reunido en sesión extraordinaria para resolver la situación y reemplazar al presidente de la República, quien debía permanecer en el cargo hasta las elecciones presidenciales del 11 de abril de 2021.