Madrid es el kilómetro cero de España. Físicamente, pero también informativamente. Se suele hablar más de la capital que de otras ciudades porque la mayoría de las instituciones del Estado y las grandes empresas se encuentran en ella. Y su tamaño y el hecho de dar cobijo a los principales medios de comunicación provocan, además, que lo local adquiera trascendencia nacional. Pero en la pandemia, al calor de las polémicas entre los gobiernos nacional y autonómico, se ha producido una sobreabundancia de noticias y datos que distorsionan la imagen de la región y, al final, de todo el país.
Aunque las elecciones autonómicas del 4M se lean en clave nacional, convendría no reducir el debate público a esta cita, no caer en caricaturas y no dejar de lado, a veces sin ser conscientes, cuestiones fundamentales y urgentes para el presente y el futuro de España. Se puede y se debe hablar de contagios y ritmos de vacunación en Madrid… y en otras regiones. Se puede y se debe hablar de la actividad económica y el paro en Madrid… y en otras regiones. Se puede y se debe hablar de la responsabilidad de los madrileños… y del resto de españoles. Porque, al final, ahí es donde nos la jugamos todos.