«Hay que mejorar la manera de vivir para tener más salud mental»
El decano de la facultad de Psicología de la Universidad Abat Oliba CEU, Martín Echavarría, que acaba de ser nombrado miembro de la Pontificia Academia Santo Tomás, propone «vivir más de acuerdo a la naturaleza de las cosas, sentirse implicado en el bien de los demás y estar atentos al prójimo»
¿Qué ha supuesto para usted el nombramiento para la Pontificia Academia Santo Tomás?
La academia fue fundada por León XIII a finales del siglo XIX para promover el conocimiento de santo Tomás. Los 50 miembros son todos muy reputados. De hecho, ser nombrado como uno de ellos es el máximo honor que se puede recibir para quienes se dedican al estudio de este santo. Así que, en este sentido, estoy muy contento. Además, tuve la suerte de poder saludar al Papa tras el nombramiento, así que mejor imposible.
¿Con qué idea se queda del discurso de Francisco?
El Papa llamó a no manipular a santo Tomás, sino a buscar la verdad. También nos invitó a «contemplar al maestro» y a centrarnos en su figura y enseñanza.
¿Qué implica ser miembro de la academia?
En principio tenemos una reunión anual, que suele ser en junio, y en el que abordamos un tema concreto. Este año, por ejemplo, será sobre tomismo y protestantismo para estudiar las relaciones entre el pensamiento de santo Tomás y el protestantismo. De hecho, habrá algunas actividades ecuménicas con teólogos protestantes. También periódicamente se organizan congresos internacionales. Suelen ser cada diez años aproximadamente, aunque el último —antes del celebrado hace unos días— fue en 2003.
Vivimos en un mundo fuertemente secularizado y también muy deshumanizado. ¿Hoy la academia es más necesaria que nunca?
Yo creo que sí. Cuando León XII funda la academia después de la encíclica Aeterni Patris, en la que llamaba a renovar la filosofía cristiana a la luz de santo Tomás de Aquino, había una situación distinta. Es verdad que había una creciente secularización, incluso de persecución en algunos lugares, pero la sociedad mantenía una estructura que le había sido dada por el cristianismo. Ahora vemos una pérdida de referencia del orden natural, total y completamente, y yo creo que santo Tomás, que es un pensador en el que la fe y la razón están en un equilibrio admirable, único en la historia de la humanidad, tiene mucho que aportar.
Para él, razón y fe están en íntima conexión con la realidad. Es un pensador realista, que mira las cosas en su naturaleza, y para él, el redescubrimiento de la naturaleza en el orden natural es una de las cosas más importantes. Por eso todos los Papas posteriores lo han propuesto, por su capacidad de entablar un diálogo y una relación armoniosa entre razón y fe, que hoy es muy necesaria. Quien ve las cosas como son tiene mayor capacidad de comunicar la fe entre la gente.
¿La tentación es dejarse arrastrar por el mundo?
Ya el Señor advertía de no dejarse arrastrar por el mundo, entendido este como una comunidad de hombres desordenada y alejada de Él. Pero hay que darse cuenta que esa no es la realidad del mundo, tal como Dios lo pensó. Una cosa es el mundanidad, donde la gente se deja arrastrar por sus vicios, incluso los propone como modelo de virtud, y otra cosa es el orden del mundo, y su naturaleza, creados por Dios. El pensamiento de santo Tomás nos lleva a conocer la verdadera naturaleza de las cosas para reconducirlas al plan que Dios tiene sobre ellas.
¿Cuál es la relación entre la psicología y santo Tomás?
Como decía un psicólogo que no era tomista, aunque había sido discípulo de un tomista, que es Viktor Frankl, «detrás de toda psicología, y de toda psicoterapia, hay una imagen del hombre, hay una antropología», y no se puede desarrollar una psicología adecuada sin tener presente esta antropología. Sabiéndolo o no, todo psicólogo tiene detrás una visión del hombre. El problema es, como advirtió Juan Pablo II en un discurso a la Rota romana, que «la psicología contemporánea tiene una imagen del hombre que es incompatible con la imagen cristiana del ser humano, como hombre caído y redimido». Lo que santo Tomás permite es tener una adecuada visión del hombre, muy completa tanto en el orden natural como en el sobrenatural. Sin negar, por supuesto, todos las contribuciones que la investigación contemporánea aporta.
Este lunes es el Día Mundial de la Salud Mental, una jornada importante a raíz de la pandemia que nos ha tocado vivir. ¿Qué pautas podemos seguir para mejorar en salud mental?
Es una pregunta compleja, porque el campo de la salud mental es muy diverso. No es lo mismo un personalidad obsesiva que un trastorno de conducta alimentario o una esquizofrenia. Evidentemente, hay que formar buenos agentes de salud mental, hay que formar buenos psicólogos, y, para eso, hay que impartir una buena formación universitaria, que es de lo que me ocupo yo. Pero sí podemos tratar de mejorar la manera en que vivimos. Esto es algo que cada uno puede hacer. Vivir más de acuerdo a la naturaleza de las cosas, del ser humano, del varón, de la mujer, de la familia. También sentirse implicado en el bien de los demás, estar atentos al prójimo, a cómo se siente, a cómo está… En el fondo, es una actitud cristiana de caridad, de misericordia, porque la misericordia hace que nos entristezcamos del mal ajeno y que estemos pendientes de sus necesidades.