Hay que recuperar la verdad de Dios, la verdad del hombre - Alfa y Omega

Hay que recuperar la verdad de Dios, la verdad del hombre

Tras la reciente celebración del cuarto Consistorio de Benedicto XVI, para la creación de nuevos cardenales, el cardenal arzobispo de Madrid ha mantenido la siguiente entrevista, en la COPE, con Javier Alonso Sandoica

Javier Alonso Sandoica
Un momento del cuarto consistorio de Benedicto XVI.

Hace pocos días ocurrió un acontecimiento en la entraña misma de nuestra Iglesia: 22 nuevos cardenales, en el cuarto consistorio de Benedicto XVI.
En la entraña de la Iglesia, que es la de Nuestro Señor Jesucristo, y por eso es nuestra. Efectivamente, la celebración del cuarto consistorio del pontificado de Benedicto XVI tuvo lugar recientemente en Roma. El tema del consistorio fue el Año de la fe en la perspectiva de la nueva evangelización. Tuvimos como ponentes al arzobispo de Nueva York, que sería creado cardenal al día siguiente, joven, dinámico, una personalidad muy significativa de la vida de la Iglesia católica en los Estados Unidos; y luego, un informe del prefecto del novísimo Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización, que también nos informó sobre el plan para celebrar el Año de la fe. Hubo muchas intervenciones de cardenales; creo que participamos en el diálogo unos cuarenta cardenales. Se pudo apreciar cómo está la situación de la Iglesia en todo el mundo. El Colegio cardenalicio es justamente ese colegio de obispos que el Papa se busca para ayudarle simbólicamente como obispo de Roma, y realmente como pastor de la Iglesia universal. Por tanto, toda la Iglesia extendida por todo el mundo está representada, en el sentido amplio de la expresión, no en el sentido jurídico, de modelo democrático civil o político, pero de hecho está representada toda la Iglesia universal: están los cardenales de África, de América del Sur, de América del Norte, de Oceanía, de China, de la India, de Europa; en fin, todo el mundo está representado. Y es verdad que así, cuando se habla y se expone la situación del estado de la fe de la comunidad de los fieles, de los católicos de todo el mundo, en todas partes del mundo se ve lo importante y lo urgente que es profundizar y actualizar ese gran mandato de la nueva evangelización, que tiene ya su historia, pero que ahora, en el pontificado de Benedicto XVI, especialmente en los dos últimos años, ha adquirido una fuerza muy sugerente y muy urgente. Hablando del consistorio en Roma, de la nueva evangelización y del Año de la fe, era inevitable que saliese a colación la JMJ de Madrid y la fórmula JMJ como fórmula nueva de evangelización. Hemos tenido oportunidad de profundizar un poco en ello, e incluso sacar provecho de la forma como se llevó a cabo en Madrid.

Nueva evangelización: la clave

Les habló con mucha claridad el Santo Padre, pidiéndoles responsabilidad, exigencia, que su misión en la Iglesia y en el mundo sea siempre y sólo en Cristo…
Sí, el Papa no digo que improvisara, pero habló sin papeles, como hace muchas veces en los consistorios y en los sínodos, a la luz de todo lo que ha escuchado. No se trata de un debate en sentido político, o pseudopolítico, de la expresión, sino de un buen diálogo, de un buen coloquio entre todos. Había como una cuestión pendiente: ¿cuál sería el propósito central, el objetivo central, de la nueva evangelización? El misterio de Cristo: eso es lo que tenemos que hacer corazón y centro de la predicación y de la propuesta, acción y programa pastoral de la nueva evangelización. Y un misterio de Cristo que se recibe con una fe que cree que es verdad. No sólo lo cree; es que es verdad, que afirma que es verdad, que conoce que es verdad, que Dios es verdad, que Dios Padre es verdad, que Jesucristo es verdad, que el Espíritu Santo es verdad, que la acción salvadora del Señor en la cruz, es decir, que la Pascua de Cristo es verdad, que la salvación del mundo y del hombre viene a través de esa Pascua y esa Cruz, que es verdad. Y proclamarlo, difundirlo, testimoniarlo con la vida, eso es clave para que pueda resultar la nueva evangelización, sobre todo en los países en los que es nueva, porque huele a vieja en los países de la antigua Europa cristiana, de América, donde hay que volver a decirles: ¿Es que habéis olvidado la verdad? Tenéis que recuperar de nuevo la verdad, la verdad de Dios, la verdad del hombre.

En el Aula Pablo VI, el Papa nos habló a todos los cristianos y nos decía: Tenéis que estar unidos a los pastores. Lo mismo que había dicho a los jóvenes en Cuatro Vientos, en la JMJ de Madrid.
Claro, es el camino para llegar a la fe, al descubrimiento de la verdad que la fe posibilita y permite, y, más aún, que la permite y posibilita mostrando toda la belleza de esa verdad; pero, a su vez, esa fe sólo se puede alcanzar y sólo se puede vivir en la comunión de la Iglesia con aquellos que son los sucesores de Pedro y de los demás apóstoles, a los cuales se les ha dado el ministerio, pero también el carisma y la gracia de ser guías y maestros en ese camino, en esa senda de la fe. Pidamos al Señor que nos ayude, en este itinerario de la Cuaresma que nos lleva a la Pascua, a conocer más profundamente el misterio de Cristo. Dios nos ha dado todo lo que podía darnos, y no podemos desperdiciar esa gracia definitiva de la salvación del hombre, de cada hombre, y de la salvación de la Humanidad también, que bien necesita hoy de ese mensaje y bien necesita apropiarlo, hacerlo suyo y tomarlo en serio, para salir de todas las posibles crisis en las que nos estamos viendo envueltos, con tanto dolor y tanto sufrimiento.