«Hay mucho talento en la UPSA»
Myriam Cortés Diéguez tomó ayer posesión como rectora de la universidad de la Conferencia Episcopal Española, la Pontificia de Salamanca, que este mes celebra el 75 aniversario de su fundación
Es la primera mujer al frente de la UPSA y la primera mujer laica que rige una universidad pontificia en todo el mundo. Y aunque su nombramiento no haya sido una sorpresa, tras un verano de intensos rumores, su inusual perfil es lo que ha acaparado los titulares periodísticos. «Yo lo he vivido con normalidad, porque estoy acostumbrada a trabajar en ambiente eclesiástico y a ser mujer entre sacerdotes», responde ella.
A Myriam Cortés Diéguez (Orense, 1964) no le falta currículo. Fue decana de la Facultad de Derecho Canónico entre 2004 y 2010, y secretaria general de la UPSA entre 2011 y 2013. Es además miembro de la comisión asesora de la Junta Episcopal de Asuntos Jurídicos de la Conferencia Episcopal Española.
Quienes la conocen destacan de ella tanto su valía académica como su afabilidad en el trato, rectitud e integridad moral. De Cortés se dice también que es «una canonista más bien poco legalista», y una ardiente defensora de «acercar el derecho canónico a la vida práctica».
«Tengo que ser práctica, porque siendo una mujer trabajadora y madre de familia numerosa [tiene 4 hijos], no me queda otra», dice la nueva rectora. «A mí me enseñaron el summum ius summa iniuria; es decir, que el derecho aplicado a rajatabla es la suma injusticia. Es importante adaptar y aplicar con misericordia el derecho al caso concreto». Eso sí, matiza, «me gustan las cosas bien hechas, y estoy convencida de que no hay más camino que seguir las normas, pero hay que atemperarlas y aplicarlas con equidad».
El nombramiento de Myriam Cortés se produce a pocos días de que, el 25 de septiembre, la universidad del episcopado español cumpla 75 años, un momento propicio para mirar hacia atrás y reflexionar sobre su misión. «Nuestro ideario católico es lo que nos define», afirma. «Nuestro papel es ofertar no solo una formación académica excelente, sino también una formación en valores para que las nuevas generaciones construyan una sociedad más justa».
La nueva rectora entiende la UPSA como una universidad consciente de su identidad y al servicio de la Iglesia y de sus necesidades, pero abierta al conjunto la sociedad. «No hay ninguna dificultad en conjugar una cosa con la otra», asegura. «Estamos abiertos tanto a los alumnos que están de acuerdo con nuestro ideario como a los que no, mientras quieran respetarlo. Son más que bienvenidos, porque esperamos que salgan no solo respetando el ideario, sino también compartiéndolo».
Al preguntarle sobre cuál le gustaría que fuera en un futuro su legado como rectora, se da unos segundos para pensárselo. «Yo la única ilusión que tengo es que todos los que trabajan en la universidad vengan aquí contentos, que haya ilusión, que se sientan valorados, que se sientan reconocidos. Y que el alumno sienta que esta es realmente una universidad de excelencia. Si hay algo que me gustaría que dijeran es que, después del paso de esta rectora, la excelencia de la universidad se ha consolidado. Eso sí me gustaría muchísimo. Tenemos lógicamente unas posibilidades limitadas, hay poco dinero y mucho trabajo. Pero tenemos mucho talento, así que dejemos fluir ese talento».