«Hay mucho que aportar al mundo, aunque sea en tu misma calle»
Belén Llana tiene 20 años y estudia Derecho. Hace tres años montó en el trastero de su casa Voluntas vincit, una asociación que busca lugares para hacer voluntariado a jóvenes según su tiempo y preferencias. «Lo hice porque me di cuenta de que la gente tenía muchas ganas de ayudar, pero no sabía por dónde empezar»
Cuando tenía 18 años, Belén decidió buscar un voluntariado. En su búsqueda se encontró con un exceso de información pero, a la vez, con escasez de profundidad en los datos sobre proyectos, asociaciones y ONG. «Me puse a buscar voluntariados y me fue muy difícil encontrar uno que se adaptase a mis preferencias», señala. Como respuesta, decidió crear Voluntas vincit, una asociación que pone a los jóvenes en contacto con proyectos de voluntariado teniendo en cuenta su tiempo y perfil.
Cada joven que se acerca a la asociación es diferente y Belén lo sabe, por eso, busca un contacto directo con los futuros voluntarios en el que le cuentan qué es lo que les interesa o por qué han decidido hacer voluntariado. «El hecho de conocerles te ayuda mucho a asesorarles sobre qué les puede encajar mejor», afirma. Y si no viven en Madrid, no pasa nada, desde Voluntas contactan con las sedes de las ONG de los lugares donde piden los voluntarios. «Tratamos de que todo el mundo que nos escriba acabe encontrando una opción de voluntariado».
Este proyecto quiere que «no queden excusas» a la hora de usar el tiempo para ayudar a los demás. «Hay mucho que aportar al mundo, aunque sea en tu misma calle», asegura la joven. Dice que el voluntariado es un modo de vida y que por eso el lema de la asociación es: El voluntariado empieza aquí.
Una feria «de jóvenes para jóvenes»
Como la de Belén, más de 50 ONG han podido mostrar sus proyectos a los visitantes de VolunFair, la primera feria de voluntariado en la universidad madrileña que finaliza este jueves en la Escuela Superior de Ingenieros Industriales. Muchas de ellas, son la respuesta de jóvenes a situaciones que vieron que se podían cambiar y había que hacerlo. Como AMUSI, una ONG que surge tras un viaje a Mozambique.
«La gente joven también tiene capacidad y puede hacer las cosas bien» dice Alejandra, de Kubuka, una asociación que lleva desde 2013 acompañando a comunidades en Kenia y Zambia con «educación y emprendimiento social». Quieren que, en un futuro, estas comunidades tengan las herramientas necesarias para poder ser autosuficientes.
Bajo el lema No te quedes parado, haz voluntariado, desde VolunFair quieren impulsar la concienciación de los jóvenes con los problemas sociales. Por eso llevan meses trabajando en esta segunda edición, para que asociaciones como Voluntas vincit, Amusi o Kubuka sean descubiertas por otros jóvenes. «Hay que espabilar porque el momento de comerse el mundo es ahora», concluye Belén.