Habla el arzobispo de Hong Kong: «El nuevo Papa irá a Pekín» - Alfa y Omega

Habla el arzobispo de Hong Kong: «El nuevo Papa irá a Pekín»

El domingo anterior al inicio del Cónclave, el Corriere della Sera publicó una entrevista con monseñor Joseph Zen Ze-kiun, arzobispo de Hong Kong, en la que rememora el interés de Juan Pablo II por visitar China y deja caer la posibilidad de que lo haga su sucesor

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Entre la herencia que dejó Juan Pablo II está la posibilidad de entablar relaciones con China. ¿Se trata de algo cercano?
«Quiero ir a China… Quiero ir a China…», me repetía Juan Pablo II en un encuentro privado. Era como un niño delante de un caramelo. Su sueño era China. No pudo realizarlo porque las relaciones entre Pekín y el Vaticano no estaban normalizadas. Hoy, la situación es un poco distinta. Espero y creo que el próximo Pontífice podrá cumplir el viaje histórico de la reconciliación. Juan Pablo II dejó indicaciones para afrontar esta delicada cuestión: unir paciencia y firmeza. Decía que no debíamos renunciar a nuestros principios, pero que teníamos que hacerlo con calma, sin forzar las cosas, y con una buena dosis de realismo. Eran sus palabras. Quizá ahora estamos más cerca. Vemos de manera positiva las señales de Pekín con ocasión de la muerte y los funerales de Juan Pablo II. Yo no soy pesimista.

En 1999, Juan Pablo II quiso concluir el Sínodo de los Obispos en China. ¿Por qué no pudo ser?
En principio pensó en China; después, en Hong Kong, por su estatuto especial. China respondió que podía aceptar el viaje de Juan Pablo II como líder religioso, pero que las relaciones diplomáticas no podían ser posibles. Hoy, este impedimento está superado.

Un impedimento es el nombramiento de obispos. Pekín reivindica esta competencia.
¿Cómo es posible pensar que la Iglesia renuncie a su primado espiritual y doctrinal? El nombramiento de obispos pertenece al poder pastoral del Papa. Todo el mundo acepta tal principio, incluso Cuba.

Pero China, como el Vaticano, está muy firme.
Hay todavía caminos que explorar. Recuerdo, por ejemplo, lo que pasó en Polonia, cuando Karol Wojtyla era el obispo que menos desagradaba al régimen de Varsovia. Del mismo modo, se puede presentar una lista de obispos por parte del Vaticano, y que China elija al más cercano. O buscar otras vías. Con paciencia, firmeza y realismo, como decía Juan Pablo II. Pero estoy seguro de que el nuevo Papa dará una señal muy pronto.

Fabio Cavalera