«Ha sido un antes y después en nuestra historia»
El colegio Nuestra Señora del Pilar de Valencia ha sido uno de los primeros en aplicar la guía sobre el duelo después de que una de sus alumnas falleciera en el centro el pasado mes de enero
En el patio del colegio Nuestra Señora del Pilar de Valencia, además de la imagen de la Virgen –es tradición que la haya en los centros marianistas–, emerge una frase que es toda una declaración de intenciones: «Este patio es mi casa». Estas palabras se las dijo un alumno del centro a un periodista con motivo de la última Olimpiada Marianista Nacional. Y, ciertamente, el centro escolar es para todos los que allí pasan gran parte del día un hogar. Y, por eso, cuando suceden acontecimientos como el del pasado 9 de enero, cuando una joven falleció al precipitarse por el hueco de la escalera, todo el centro se vuelca.
Fue un caso especialmente delicado y, por eso, se avisó inmediatamente a los servicios de emergencia y a la Policía, que todavía está investigando las causas de la caída. La dirección del centro, gracias al apoyo de Escuelas Católicas y la guía de duelo en elaboración, reaccionó rápido: se puso a disposición de la familia, creó un gabinete de crisis y envió una nota a los medios de comunicación. También se dieron pautas de cómo comunicar la noticia a los alumnos y a los profesores. «Fueron momentos terribles, durísimos, ingestionables. Nos vimos desbordados, pero siguiendo unas pautas claras ganamos en serenidad y seguridad», reconoce el director general del colegio, Alfredo Martínez, en conversación con Alfa y Omega.
Martínez destaca por encima de todo la gran respuesta de toda la comunidad educativa, el apoyo de los psicólogos de la Generalitat, la ayuda de la Asociación Viktor E. Frankl… Gracias a esta se ha podido ayudar y trabajar con los alumnos, dándoles la oportunidad de hablar, de pedir ayuda, de rezar… Luego se realizó una celebración de cierre de ese duelo inicial, pues según todos los especialistas, no es bueno prolongarlo durante mucho tiempo. «Nos ha ayudado mucho que la hermana de la joven fallecida sea alumna nuestra. Vino a la semana siguiente y entre todos hemos configurado un grupo para atenderla, para estar pendiente de ella… Con la familia hay una comunicación constante, sin preguntar, solo acompañando en su dolor, compartiéndolo», añade.
Con todo, sabe que el proceso de duelo no se ha acabado aunque se haya recuperado cierta normalidad. En el centro están muy pendientes de todos los alumnos para poder detectar aquellos que lo estén pasando peor y ofrecerles cauces de ayuda. En este sentido, el director general apunta que en Bachillerato ya se trabaja el tema del duelo, cómo superar la pérdida de alguien cercano. «Ha sido un duelo especial. De hecho, ha supuesto un antes y un después en la historia del colegio. También muchos profesores han necesitado ayuda para sobrellevar la situación y atender a los chavales…», afirma. Por eso, concluye que es importante estar preparado para un acontecimiento así, porque aunque «te rompe esquemas y te desquicias, puedes mantener cierta serenidad».