Guilherme Peixoto, el cura DJ, anima a los jóvenes de Madrid - Alfa y Omega

Guilherme Peixoto, el cura DJ, anima a los jóvenes de Madrid

Ha participado en el encuentro convocado por el cardenal Cobo para revivir los mensajes de la JMJ de Lisboa

Begoña Aragoneses
El padre Guilherme Peixoto minutos antes de pinchar en Madrid. Foto: Begoña Aragoneses.

Si la JMJ Lisboa 2023 hubiese sido los Grammy, el padre Gulherme Peixoto habría sido el artista revelación. Su actuación de media hora pinchando música tecno con palabras de los Papas intercaladas no solo terminó de despertar a los jóvenes que habían pasado la noche del sábado al domingo en el Campo de Gracia, tras la vigilia con el Papa Francisco, sino que dejó boquiabierto a medio mundo, representado en los periodistas que ya a esas horas de la mañana trabajaban en el centro de prensa. Hubo sorpresa, sonrisas y risas abiertas ante un sacerdote situado en una mesa de mezclas, delante del altar, al que ni obispos ni cardenales se podían resistir fotografiar.

La media hora de música tecno del padre Guilherme en Lisboa le llevó una semana entera de trabajo en el estudio. Él tampoco durmió esa última noche de la JMJ. Terminó la vigilia, montó las últimas frases del Papa Francisco y a las 4 de la mañana se duchó y comenzó a prepararse para pinchar. Le tocaba a las 7:00 horas. Después de la Misa de envío del domingo, regresó a su parroquia —«tres horas de viaje»— y celebró la romería de Nuestra Señora de la Salud, con procesión incluida. 24 horas del tirón. Un non stop en toda regla.

Foto: Archimadrid / Ignacio Arregui

Todo esto nos lo cuenta el padre Guilherme en Madrid mientras espera para una nueva actuación, esta vez en Madrid Live Meeting 23, el evento que el arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, convocó el sábado 7 de octubre para hacer memoria de lo vivido en Lisboa y mirar al futuro misionero. El padre Guilherme es afable y no deja nunca de sonreír, igual que no lo hace cuando pincha. Sonríe también con sus ojos, azules intensos, y más cuando le pedimos que le diga algo a los jóvenes madrileños: «Que sean originales, creativos y poetas, y que no tengan miedo de poner sus talentos al servicio de sus parroquias y de Cristo».

Nunca se imaginó que su intervención en la JMJ tuviera tanta repercusión, «todo esto es muy inesperado». Con 187.000 seguidores en Instagram —tras Lisboa 2023 son 307.000— llevaba mucho tiempo ya pinchando, tratando «de llevar a Cristo a los ambientes donde Él no está; crear un ambiente de fe para muchos jóvenes que pueden estar en la Iglesia, pero otros muchos que no lo están». Él, que tocaba en clubs, en discotecas, «en ambientes fuera de Iglesia», «nunca pensé ser invitado con este tipo de música para eventos de Iglesia».

Foto: Archimadrid / Ignacio Arregui

«El propio tecno está asociado a ambientes underground —cuenta—; de hecho, dentro de la música electrónica, el tecno es muy underground». El sacerdote ha ido explorando este registro en los últimos años, que sirve «para transmitir alegría», y lo ha ido traduciendo, añadiendo elementos melódicos. «Dentro de la música electrónica, acaba por ser un estilo que me permite comunicar más con los jóvenes». Es la línea melodic-tecno, que crea momentos de reflexión, «deja hablar la música, las palabras…».

Así, continúa, lo que él quiere con su música es «procurar hablar el lenguaje que hablan los jóvenes» incluyendo la palabra, porque la liturgia católica es palabra, es Evangelio, «la Palabra se hizo carne». El «gran desafío» era, por tanto, «sin perder la centralidad de la palabra», adaptarla al lenguaje electrónico y con eso «conseguir respetar el lenguaje de los jóvenes y llevar mi esencia [sacerdotal] a la música para que tenga sentido».

El padre Guilherme no desacredita otras formas de música para acercar a Dios porque «cada estilo tiene su lugar». «Dentro de la iglesia, yo defiendo una liturgia sobria y bella; los coros de mis parroquias, de niños, jóvenes, adultos, cantan música sacra». «Dentro de la Iglesia debemos respetar nuestra tradición, que es riquísima», añade. Pero «igual que le pedimos a las personas que respeten nuestra tradición dentro de la iglesia, también nosotros tenemos que respetar las tradiciones que existen fuera, y la música electrónica es una realidad en todo el mundo».

Un viaje por las enseñanzas de los Papas

Tras la JMJ, al padre Guilherme no paran de llamarle para tocar en sitios relacionados con la fe. «De principio a fin Dios está presente en mi música; Dios, el Santo Padre, las líneas orientadoras del Papa para la Iglesia…». Le resulta curioso el giro que ha dado su «carrera musical» tras la JMJ, «algo inesperado» en un «camino muy solitario que fui haciendo».

Para Madrid, el cura DJ preparó una sesión de 30 minutos que él llamó «un viaje que pasa por algunos temas de música sacra trabajados en lenguaje electrónico; que va a buscar la primera homilía del Papa san Juan Pablo II con aquel “¡no tengáis miedo!”; con muchas frases del Papa Francisco en Río de Janeiro y Lisboa y dos temas editados para la JMJ sacados del número 246 de Laudato si y del número 77 de Fratelli tutti; y entre medias, algunos temas que suenan en las discotecas actualmente».

Los días en la diócesis

Si en algo coincidieron todos los jóvenes madrileños que acudieron a Lisboa fue en la belleza de los Días en las diócesis. Así lo sintió también el padre Guilherme, que además tuvo en sus dos parroquias, en la arquidiócesis de Braga, a jóvenes de las parroquias Santa Genoveva de Majadahonda y Santa María Magdalena de Húmera. «La gran belleza de las jornadas fue ver a estos jóvenes, ver su fe, el camino que hacen… fueron también una luz para las comunidades».

Unos Días en las diócesis muy importantes «porque a veces los jóvenes que andan por la Iglesia parece que son aves raras» y el estar con otros les hace darse cuenta de que no están solos, añade el sacerdote. Hay «millares y millares de jóvenes fuera que están dispuestos a tener a Cristo en su vida y a hacer un camino con Cristo». Además, «si a los jóvenes no les gustase estar juntos, no existirían los festivales de música; los jóvenes quieren vivir la alegría juntos, por eso cada vez hay más festivales y cada vez son mejores».

Foto: Archimadrid / Ignacio Arregui

Las Jornadas Mundiales de la Juventud «acaban por dar a los jóvenes una dimensión de la Iglesia» que no tienen en las parroquias. No solo son «para hacer ese clic en los que no están en la Iglesia», sino también «un balón de oxígeno para los que están». Y así, «regresan más animados» a las comunidades, a las parroquias. Y, además, «para Portugal esta JMJ ha visto crecer a jóvenes en camino de fe fabulosa» y ha sido una «gracia enorme», concluye.

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