Golpe de Estado en Sudán en medio de una situación «insostenible» por los precios
El presidente de la conferencia episcopal del país advirtió el sábado de que, para algunos grupos, «los militares son los únicos que pueden asegurar el pan»
«Es posible que haya un nuevo golpe de Estado por parte de los militares». Tristemente, no ha tardado en hacerse realidad la advertencia que recogía el sábado la agencia Fides de boca del obispo sudanés Yunan Tombe Trille, obispo de El Obeid y presidente de la Conferencia Episcopal de Sudán y Sudán del Sur.
El general sudanés Abdel Fattah al Burhan disolvió este lunes el Gobierno de transición del país, cuyos miembros civiles están casi todos detenidos, y decretó el estado de emergencia. Numerosos civiles resultaron heridos al ser reprimidas las protestas en las calles con disparos efectuados por miembros del Ejército, informa AFP.
La oficina del primer ministro, Abdallah Hamdok, había llamado a «manifestarse» contra el golpe de Estado para «proteger la revolución» de 2019 que derrocó a Bashir. Temiendo por la vida de Hamdok, retenido «en un lugar no identificado», su oficina advirtió a las autoridades militares que sobre ellas recaía «toda la responsabilidad de su vida» o su muerte, en un país donde ya hubo una intentona golpista hace un mes. «Pido a las Fuerzas Armadas que liberen inmediatamente a los detenidos», exhortó este lunes el enviado de la ONU para Sudán, Volker Perthes, juzgando «inaceptables» las detenciones.
Manifestaciones en Jartum
La televisión estatal está en poder de los militares y, a media jornada, el general Abdel Fattah al Burhan hizo una declaración. Aunque no deja de repetir que quiere «una transición civil y elecciones libres en 2023», tras 30 años de dictadura de Omar al Bashir, el general cesó de sus funciones a todos los dirigentes. El Gobierno está disuelto, incluso el Consejo Soberano, dijo el militar.
Antes de que el responsable militar hablara, ya habían salido a la calle miles de manifestantes. Delante de la sede del Cuartel General del Ejército, en el centro de Jartum, protegido por soldados desde hace días, al menos doce manifestantes resultaron heridos por disparos militares, según un sindicado de médicos y el Ministerio de Información.
En las calles de Jartum, donde las telecomunicaciones son cada vez más aleatorias, muchos sudaneses protestaban y abucheaban al general Burhan, constataron periodistas de AFP. «No aceptaremos un régimen militar. Estamos dispuestos a dar nuestras vidas por la transición democrática», aseguró uno de ellos, Haitham Mohamed. «No abandonaremos las calles antes del regreso del Gobierno civil», afirmó Sawsan Bachir, también entre banderas sudanesas.
«Al Bashir sigue maniobrando»
«Al Bashir sigue maniobrando entre bastidores también porque su gente es parte de la coalición. Es muy difícil predecir lo que pasará en el futuro inmediato», explicaba Tombe Trille a Fides. «La gente está dividida entre quienes quieren que el Gobierno de transición con ministros civiles siga adelante y no se traicionen los principios de las manifestaciones de hace más de dos años», explicaba. Y quienes, «en cambio, apoyan la toma total del poder por parte de los militares que, según ellos, son los únicos que pueden resolver la profunda crisis política y asegurar el pan».
El encarecimiento de todos los bienes de consumo, desde los alimentos más básicos hasta la gasolina, había generado «una situación insostenible para la población». Frente a ella, «la ayuda de la comunidad internacional llega solo a unos pocos, mientras que muchos se quedan sin ella». Además, «desde hace algún tiempo no hay reuniones entre civiles y militares en el Gobierno y podemos decir que el ejecutivo actualmente no es operativo. Mientras tanto, los delitos han alcanzado un nivel nunca visto en la historia, quizás debido al hambre que tanta gente está experimentando».