Godly Play, una nueva catequesis «para meter a los niños en la Biblia» - Alfa y Omega

Godly Play, una nueva catequesis «para meter a los niños en la Biblia»

Colegios y parroquias de toda España introducen en su catequesis un método procedente de la pedagogía Montessori y que «a los chicos les llega mucho más»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Niños en catequesis trabajando con Godly Play

«En muchos métodos de educación religiosa se les enseña a los niños acerca de Dios. En Godly Play, los niños descubren por sí mismos quién es Dios»: esta es la carta de presentación de Godly Play, una original iniciativa catequética que se está difundiendo con rapidez por multitud de centros educativos y parroquias en España.

«Es un método para trabajar la espiritualidad que nació inicialmente para niños y que viene de la pedagogía Montessori», explica Marcos Febles, responsable de comunicación de Godly Play España. La iniciativa surgió en los años 70 en Estados Unidos de la mano del pastor episcopaliano Jerome W. Berryman, y enseguida se extendió por iglesias de todas las confesiones cristianas, residencias, hospitales y centros educativos. A España llegó hace 15 años y en los últimos tres de ellos ha experimentado un crecimiento exponencial sobre todo el colegios; de hecho son varias las congregaciones religiosas de carisma educativo que han implementado este método en sus aulas, y cada vez son más profesores de Religión –de centros públicos y privados– que lo han adoptado para trabajar en clase.

«Básicamente, Godly Play consiste en presentar de manera creativa las historias contenidas en la Biblia y desde ahí profundizar en la relación con Dios», dice Febles. Las sesiones comienzan con un momento de acogida y la formación de un círculo «que muestra que todos somos igual de importantes ante Dios». Le sigue la narración de manera creativa usando varios materiales de una historia de la Biblia o de una acción litúrgica, como por ejemplo el Bautismo.

Luego llega un tiempo de reflexión «con preguntas de manera muy abierta. Recalcamos que todas las respuestas valen y son necesarias».Por último, llega el tiempo de la respuesta en el que los chicos responden personalmente a la historia de manera individual. «Les damos un gran abanico de material, como pintura, barro, plastilina o piezas de madera para que construyan su respuesta. O también pueden quedarse en silencio tranquilamente donde están. El catequista o el profesor les acompaña pero no les dice lo que tienen que hacer». Para finalizar se invita a todos a hacer una oración espontánea que recoja lo vivido, y se organiza un pequeño momento de fiesta con algo de comida si es posible para comentar la sesión.

En el tiempo que dura la sesión, los niños y jóvenes «no escuchan los relatos sino que se meten dentro de ellos, fomentando un encuentro personal con Dios, y luego nos dicen que esta manera de trabajar les llega mucho más», dice Marcos Febles, para quien después de 25 años dando clase de Religión, Godly Play «me ha cambiado la forma de dar clase. Ahora hay mucha más libertad y creatividad, y más protagonismo de los chicos».