Gisotti: «El compromiso con el medioambiente es doctrina social, no ideología»
Este lunes, la Universidad Pontificia Comillas acogió la presentación de Una gran esperanza. La custodia de la creación (Romana Editorial), con textos del Papa Francisco –entre ellos uno inédito– y un prólogo del patriarca Bartolomé I. Además de los cardenales Osoro y Sistach; el metropolita Policarpo; el rector del centro, Julio Martínez, SJ, y la responsable de la editorial, Carmen Magallón, en el acto intervino el vicedirector del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, Alessando Gisotti. En entrevista con Alfa y Omega, el que fuera portavoz interino del Papa subraya la importancia de estas reflexiones ecuménicas y el vínculo del cuidado de la creación con el cuidado del hombre
¿Qué tiene de novedosa esta obra?
No es un libro y basta, sino que pertenece a una serie ecuménica, que siempre tendrá algún prólogo de otros líderes cristianos. Se publicó en Italia el 24 de octubre y el mismo día salió La oración, con un texto del patriarca Kiril de Moscú. Los cristianos, si se unen, pueden dar esperanza afrontando los temas más importantes para la humanidad, entre los que está la custodia de la creación.
Como subrayaba el Papa en su mensaje a la Cumbre del Clima que acaba de terminar en Madrid, no podemos cargar a las nuevas generaciones los problemas de esta generación. Los jóvenes, católicos y no católicos, perciben muy claramente que el Santo Padre es quizá el único líder adulto mundial que siente esta responsabilidad.
El cuidado de la creación va en el ADN de los cristianos, pero a veces genera incomprensiones de uno y otro lado…
Hay líderes comprometidos en este tema, que tiene alcance para toda la humanidad. Pero en este libro y en Laudato si, que puede ser una brújula, vemos que para el Papa Francisco es un tema teológico. Como dice al principio del libro, la Tierra es don de amor, es un proyecto del amor de Dios hacia la humanidad. No se puede aceptar la crítica de que este Papa habla demasiado del cuidado del medioambiente. De hecho, el tema ha sido tratado por los Papas anteriores y Benedicto XVI fue considerado el Papa verde. Además, san Francisco de Asís es el santo del cuidado de la creación.
Laudato si y este libro muestran que las raíz del compromiso del Papa Francisco y de la Iglesia por el medio ambiente es doctrina social, no es ideología. También es importante en el pensamiento del Papa unir el grito de la Tierra con el clamor de los pobres. Lo ha dicho muy claramente con ocasión del Sínodo para la Amazonía, que no se puede entender si no se ha leído Laudato si. Esta no es una encíclica ambientalista, sino que es un documento en la tradición de la doctrina social de la Iglesia. Aparece claramente el cuidado del medioambiente, pero también el cuidado del ser humano; es decir, la ecología integral.
En el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz se vuelve a unir la ecología al desarrollo del hombre y a la paz.
Sí, lo hemos visto también durante los viajes del Papa Francisco. Como portavoz interino he tenido el privilegio de acompañarlo en cinco de los viajes apostólicos y siempre el tema del cuidado del ser humano, de los débiles, de los necesitados, y el cuidado del medioambiente aparecen juntos.
¿Se ha sabido explicar a los fieles que es doctrina social de la Iglesia?
Las raíces de Laudato si son el Evangelio y la doctrina social de la Iglesia. La idea de desarrollo sostenible de Francisco se basa en el magisterio del Concilio Vaticano II, particularmente de san Pablo VI. El desarrollo tiene que ser sostenible para favorecer una ecología integral. Y los fieles pueden comprender que todo está conectado. El Papa, por ejemplo, ha lanzado el tema de la economía de Francisco. Es otra ruta que nos va indicando; no por casualidad tendremos este encuentro en Asís. Y luego en mayo tendremos el pacto educativo, coincidiendo con el quinto aniversario de Laudato si.
La encíclica se citó mucho en la COP de París, en cuyos acuerdos había grandes esperanzas, pero lo único que sale de Madrid ahora es el compromiso de ser más ambiciosos…
Pienso que el secretario general de la ONU, António Guterres, ha expresado muy bien que la comunidad internacional ha perdido una ocasión importante para afrontar de modo claro y concreto el problema. Hay que redoblar el esfuerzo. Estoy seguro de que el Papa lo va a hacer.
¿Cómo se ayuda desde los medios vaticanos a concienciar sobre este tema?
A través de las distintas posibilidades que dan los medios, con la propia Libreria Editrice Vaticana, L’Osservatore Romano o Radio Vaticana, pero ahora tenemos también las redes sociales, donde publicamos pequeños vídeos que explican el pensamiento de Francisco y hay una buena respuesta, en particular de los jóvenes. Hay que fortalecer la presencia de la Iglesia en las redes sociales, que es donde están los jóvenes y es un espacio muy fecundo. Tengo dos niños y entiendo cómo es de importante.
La Cumbre del Clima, que finalizó en Madrid este 15 de diciembre, no ha logrado sus principales objetivos. Por un lado, no ha articulado el mercado mundial de carbono para que los países que superen su cuota de emisiones compren su parte a los que no lo hayan hecho. Por otro, tampoco ha ampliado el Fondo Verde para financiar la transición ecológica en los países en vías de desarrollo. En vez de eso, ha pedido a sus participantes que presenten objetivos más ambiciosos en la COP26 que se celebrará en Glasgow el próximo noviembre. Una conclusión insuficiente que ha provocado la reacción de representantes católicos y ortodoxos.
«El resultado de la COP25 ha sido una gran decepción por no haberse conseguido los avances esperados», sentencia Lluís Martínez Sistach, arzobispo emérito de Barcelona. Así se ha pronunciado durante la presentación de Una gran esperanza. La custodia de la creación, el último libro del Papa, en la Universidad Pontificia Comillas.
En respuesta a estos resultados, Alessandro Gisotti, vicedirector editorial del Dicasterio para la Comunicación, también ha reconocido la cumbre como un «fracaso». Sin embargo, a pesar de estas limitaciones, subraya la existencia de «una renovada conciencia» sobre el cambio climático «como nunca antes». Según Gisotti, son los jóvenes, creyentes o no, quienes «lideran este movimiento». «La juventud siente que el Papa está con ella», asegura.
Es un optimismo que comparte Carlos Osoro. Para el arzobispo de Madrid, este «no es momento para la tristeza» sino para comprender que «el clima es un bien común». «Lo hemos estado viendo estos días aquí en Madrid, hemos participado activamente», subraya. El cardenal también advierte de que dejar de proteger la vida humana es «un atentado contra la ecología integral». Por ello, urge a trabajar en proyectos comunes y adoptar gestos concretos por el cuidado del medio ambiente.
Por su parte, Policarpo, el metropolita ortodoxo para España y Portugal, cree que la Cumbre del Clima de Madrid «estuvo llena de peripecias». Algo que, a su juicio, debería mantener a los cristianos «preocupados». Y Julio Martínez, rector de la Universidad Pontificia de Comillas, concluye que «todavía se está a tiempo de cambiar el rumbo». Para ello, apunta, existe la Agenda 2030 y «la hondura de instrumentos como Laudato si».