Gianluigi De Palo: «Estamos al borde del colapso total»
La mayoría de la gente «quiere tener hijos, pero no puede», asegura el presidente del Foro de las Asociaciones Familiares de Italia. El Papa colabora con ellos este viernes
Somos más longevos que nunca. España, Suecia e Italia comparten una media de esperanza de vida situada en los 82,4 años. Una conquista con una parte amarga, la que dibuja un panorama demográfico cada vez más envejecido y sin niños. En Italia, en 2020 nacieron 404.104 niños, una caída en picado que ha alcanzado su punto más bajo desde que se proclamó la unidad de Italia en 1861, según los datos del informe anual del Instituto Nacional de Estadística (Istat). Su presidente, el profesor Gian Carlo Blangiardo, lamenta que esta situación «lleva así desde hace mucho tiempo, y, mientras en otros países ha habido por lo menos una señal de estabilización o incluso de mejora, en Italia no. A nivel europeo somos de los peores casos». El invierno demográfico preocupa mucho al Papa. Por eso abrirá con una ponencia este viernes los Estados Generales de la Natalidad, una iniciativa organizada en Italia por el Foro de las Asociaciones Familiares, en la que también participarán la ministra de la Familia, Elena Bonetti, el ministro de Educación, Patrizio Bianchi, y otros exponentes del mundo empresarial y de la cultura italiana. Hablamos con Gianluigi de Palo, uno de los principales impulsores de este encuentro, que desde 2015 es el presidente del Foro de las Asociaciones Familiares, que representa a más de cuatro millones de familias italianas.
¿Qué mensaje mandará el Papa?
La presencia de Francisco es un faro de esperanza ante una situación realmente dramática que, por desgracia, nadie se toma en serio. Cuando salen los datos del Istat con una tasa cada vez menor de los bebés que han nacido ese año, todos ponen el grito en el cielo. Pero se queda solo en el análisis, sin pasar a la acción. Tenemos que verlo como un problema que está en la raíz de todo el sistema social. No sé qué mensaje mandará, pero estoy seguro de que nos ayudará a mirar al futuro con confianza.
Esta es la primera edición de los Estados Generales de la Natalidad. ¿Cuál es el objetivo?
Es una llamada de atención. Queremos sentar en una mesa a discutir sobre la gravedad del invierno demográfico a todas las capas de la sociedad. No solo al mundo de la política, sino también al tejido empresarial, bancario, el de los seguros, los medios de comunicación… Todos tenemos responsabilidad. Por eso hemos unido a directivos de grandes empresas como Poste Italiane, Rai, Enel, Federcasse o Generali, a periodistas como el director de Avvenire, Marco Tarquinio; la periodista del diario La Reppublica Annalisa Cuzzocrea, o al futbolista de la Lazio Ciro Immobile. Hay que explicar por qué es determinante que Italia vuelva a tener hijos.
¿Cuál es la raíz del problema?
Hoy los jóvenes con 30 años no tienen un trabajo estable, no les dan una hipoteca, no saben si van a vivir en su país o van a tener que emigrar a otro o si van a poder trabajar de lo que han estudiado… Ese clima de incertidumbre no ayuda. En Italia, la primera causa que lleva a la familia a un estado de pobreza es la pérdida del trabajo de uno de sus miembros. La segunda es el nacimiento de un hijo, y esto es aberrante.
¿Entonces no diría que la baja natalidad es fruto del individualismo?
Creo que es un error garrafal pensar que es un tema cultural o de identidad de la sociedad. Estamos viendo cómo en los países en los que se implementan políticas centradas en la familia, a pesar de tener una atención cultural a la familia mucho menor que la nuestra, los nacimientos van en aumento. Mira las cifras de Alemania, por ejemplo. Una sociedad sin hijos no tiene futuro. Tendríamos que rasgarnos las vestiduras al ver que en 2020 nacieron solo 404.104 niños en Italia. ¿Qué pasa si hay más ancianos que jóvenes?, ¿quién sostendrá el sistema de pensiones? Si hoy no hay niños, ¿quién trabajará en el futuro? Estamos al borde del colapso total.
¿Cuál es la solución entonces?
Hay que poner en el centro a las familias. Esto significa ayudarlos a tener una casa sin tener que pagar alquileres estratosféricos, y ayudarlos también a conciliar la vida privada con el trabajo. No puede ser que la maternidad penalice la carrera profesional de las mujeres. Si solo construyes guarderías, pero no tienes un plan para reactivar la natalidad, las guarderías estarán vacías. Y esto ya está pasando; muchas cierran porque no hay niños. La política tiene que dejar a un lado las medidas cortoplacistas e invertir en el futuro.
Usted suele decir que un hijo es un bien común. ¿Qué quiere decir?
Las familias con hijos tienen una energía nueva. Tienen más razones para dejar un mundo mejor cuando ya no estén. Por supuesto que hay que tener libertad para decidir si se quieren o no hijos. Pero aquí el problema es que la mayoría quiere, pero no puede.