Gerard Francisco Timoner: «Europa es un territorio de misión»
La Orden de Predicadores estrenó Año Jubilar el 6 de enero con motivo del 800 aniversario de la muerte de santo Domingo. El maestro de la orden detalla el impulso evangelizador de este evento
El lema del Año Jubilar es En la mesa con santo Domingo. ¿Por qué eligieron este título?
Se inspira en un cuadro custodiado en la parroquia de Mascarella en Bolonia (Italia). Una tabla donde se pintó el primer retrato de santo Domingo poco después de su canonización. Celebramos a santo Domingo no como un santo que se aísla en un pedestal, sino como un santo que disfruta de la comunión en la mesa con sus hermanos, reunidos por la misma vocación de predicar la Palabra de Dios y compartir el don de Dios de la comida y de la bebida. El Año Jubilar nos invita a preguntarnos qué significa para nosotros estar en la mesa con santo Domingo aquí y ahora.
¿Y qué significa?
La misión de la orden es ayudar a construir la comunión de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, como hicieron san Francisco y santo Domingo en el siglo XIII cuando la Iglesia necesitaba una nueva evangelización. Nuestra misión y comunión fraterna constituyen nuestra esencia porque somos frailes predicadores. Es verdad que la diversidad y las diferencias entre los hermanos a veces debilitan la comunión. Pero esto también puede ser parte de nuestro servicio profético a la Iglesia y a la sociedad: es posible tener diferencias y seguir siendo hermanos; es posible no estar de acuerdo sin romper la comunión.
¿Cómo lo celebrarán?
Con sencillez y en silencio, como una manifestación del amor del Señor por santo Domingo y por la familia dominicana. Con la pandemia, nos hemos visto obligados a reducir al mínimo los eventos que estaban previstos. Hemos tenido que anular la exposición de arte y las peregrinaciones (que propondremos virtualmente en dominicus800.op.org). Pero todas las celebraciones eucarísticas importantes se oficiarán respetando las restricciones sanitarias.
¿Por qué sigue siendo actual santo Domingo?
Nuestra orden tiene una misión intelectual esencial: predicar la veritas. Esto es un antídoto fundamental para otra pandemia perniciosa que ha irrumpido en nuestra sociedad: las noticias falsas y las medias verdades que, de hecho, son mentiras a mitad. Si queremos difundir el Evangelio en nuestro mundo secularizado, tenemos que estar en medio de la gente. Esto significa también estar dispuestos a cruzar fronteras lingüísticas, culturales e incluso ideológicas para difundir la Palabra de Dios.
¿Cómo están viviendo la pandemia?
El confinamiento ha abierto para muchos la puerta a la desesperación y la soledad. Hay que respetar las restricciones por razones éticas y científicas, pero esto parece contradecir nuestro instinto pastoral. Si bien no se puede sustituir la presencia humana, hemos encontrado otras vías. Los momentos de crisis son los más fecundos para la creatividad. Por ejemplo, en 1629, durante la peste en Italia, fray Timoteo Ricci creó el rosario perpetuo en el convento de los dominicos de Bolonia. Y ahora muchos de nuestros frailes han escrito reflexiones bíblicas y teológicas.
¿Se puede revitalizar la fe en Europa?
Suele escucharse que en Europa la Iglesia es vista como una institución cansada y anciana, y que por eso a muchos jóvenes no se les anima a conocer en profundidad la vida y la historia del catolicismo. Pero en 2019 conocí a un joven fraile europeo que compartió conmigo su historia vocacional. Supe que sus padres, a pesar de ser católicos, no le habían bautizado. Pero de adulto encontró el sentido de la vida en Jesús, se formó y pidió ser bautizado. Entonces me pregunté: ¿cuántos jóvenes son como este fraile? La realidad no es que muchos jóvenes estén dejando la Iglesia, porque ¿cómo podrían irse si nunca han estado dentro? Si hay pocos jóvenes, probablemente sea porque sus padres decidieron no llevarlos. Por eso podemos decir que Europa es, en cierta medida, un territorio en misión. Por eso el Papa Francisco nos llama a redescubrir nuestra vocación de discípulos en misión.
- 1170: Santo Domingo nace en Caleruega (Burgos)
- 1184: Estudia en Palencia Humanidades y Teología
- 1198: Vicario general de Osma
- 1206: Se establece en Languedoc para evangelizar a los cátaros. Primera casa de dominicas
- 1215: Primera casa masculina de dominicos en Tolouse
- 1216: El Papa Honorio II aprueba la Orden de Predicadores
- 1221: Muere en Bolonia