Cuando entró en vigor la ley de Salud Sexual y Reproductiva, del Gobierno de Rodríguez Zapatero, se dijo que el objetivo era reducir el número de abortos. Si esta ley tuviera un período de garantía, habría que devolverla: los abortos han subido un 4,5 %, hasta alcanzar el récord de 118.359 (uno por cada cuatro nacidos vivos); y la tasa de abortos por 1.000 mujeres entre 15 y 44 años sube a 12,44, la más alta nunca registrada. Pocos dudarían de que habría que cambiar de estrategia; sin embargo, en el tema del aborto ha imperado hasta ahora el más de lo mismo. El Gobierno de Rajoy, que viene anunciando que va a cambiar la ley, puede encontrar en estas cifras nuevos motivos para cargarse de razón.