Gentes: Enrique García-Máiquez, escritor (en Diario de Cádiz)
Me duele darme cuenta de que durante todos estos años tendría que haber rezado mucho más por el Santo Padre. Todavía puedo darle todo mi apoyo y orar por la Iglesia y por el próximo Papa. Esta Cuaresma, la oración va a caer por su propio peso, y será una Cuaresma que acabe, como todas, en la felicidad pascual; en este caso, intensificada por la alegría de un nuevo Santo Padre, y por saber que nuestro Joseph Ratzinger sigue con nosotros, dando ejemplo de oración intensa y estudio hondo.
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