Igual de importantes que vuestras obligaciones laborales son vuestras obligaciones como personas; y la relación con vuestros cónyuges, con vuestros hijos y amigos es la inversión más importante que haréis en vuestra vida. Al final de la vida, nunca os arrepentiréis de no haber aprobado un examen o de no haber cerrado un negocio; os arrepentiréis del tiempo que no hayáis pasado con vuestro cónyuge, con vuestro hijo, un amigo, o vuestro padre. Nuestro éxito como sociedad no depende de lo que sucede en la Casa Blanca, sino de lo que sucede dentro de vuestras casas.