Gallagher responde a quienes critican al Papa por equidistante sobre Ucrania
El ministro de Exteriores vaticano insiste en que, aunque «el Papa ha demostrado claramente quién es el agresor, los gestos de Francisco no son solo una retórica de paz sino una fuerte profecía que a menudo es rechazada y condenada»
«Ucrania está combatiendo para defender su propia existencia», sentenció en Roma Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede. Durante la presentación de Lezione ucraine (Lecciones ucranianas), un número especial de la revista italiana Limes, el arzobispo católico evitó las ambigüedades y respondió a quienes tachan al Vaticano de no condenar la invasión rusa con la fuerza suficiente. «El Papa quiere mostrar su cercanía a un pueblo martirizado, a veces a riesgo de quedar en entredicho». Ejemplo de ello son las constantes plegarias por Ucrania al final de las audiencias generales o los domingos tras el rezo del ángelus. También el gesto que tuvo el 6 de abril de 2022, cuando besó en público una polvorienta bandera proveniente de la entonces recién atacada Bucha.
«No es intención del Vaticano cerrar los ojos ante la agresión rusa y poner en el mismo plano a agresores y agredidos», añadió Gallagher, quien considera que el mundo «tiene la certeza incontestable de quién es uno y otro». Aun así se mostró consciente de que «a veces las reacciones de los ucranianos a las declaraciones del Papa muestran una gran decepción que ha sido manifestada por representantes políticos y religiosos de las comunidades locales».
Entre los ejemplos más destacados está la condena de Francisco al asesinato con un coche bomba de Daria Dúguina, hija del ideólogo nacionalista ruso Aleksandr Duguin. O el modo en que se rezó la décima estación del vía crucis en el Coliseo de 2022, cuando dos enfermeras rusas y ucranianas portaron juntas la cruz y que provocó quejas del embajador de Ucrania ante la Santa Sede.
Pero el ministro de Exteriores vaticano insiste: «La Iglesia no debe usar el lenguaje de la política sino el de Jesús. Si no, los intentos del Vaticano serían inútiles y blasfemos». Y añadió que, aunque «el Papa ha demostrado claramente quién es el agresor, se debe reconocer que los gestos de Francisco no son solo una retórica de paz sino una fuerte profecía que a menudo es rechazada y condenada».
«Esta guerra debe acabar lo antes posible»
Paul Richard Gallagher explicó en el Palacio del Vicariato que, aunque algunas personas «presentan la guerra como un conflicto claro con Rusia como agresor y Ucrania como víctima, otros analistas la ven como una proxy war (guerra subsidiaria) entre dos bloques con el apoyo de terceros». Independientemente de la naturaleza última de la invasión, se mantuvo en su censura. «La guerra es un negocio sucio que permite la compraventa de armas y la renovación de los arsenales contribuyendo a la destrucción de la humanidad en vez de su desarrollo», dijo parafraseando al Papa.
También condenó la escalada tecnológica de este conflicto en el que, a través de los drones y las retransmisiones, «se ve en directo el campo de batalla, lo que permite la difusión de fake news y la distribución de propaganda, haciéndonos a todos nosotros espectadores de atrocidad».
Finalmente llamó a los diplomáticos a apresurarse por la paz antes de que los dos países sufran más estragos. «¿Cuándo acabará la guerra? ¿Tendrá todavía Ucrania ayuda de otros países o, perdido el apoyo, tendrá que rendirse haciendo evidente una injusticia? ¿Quedará Rusia más asfixiada por las sanciones ante la guerra? Ambos deben sentarse a una mesa y que esta guerra acabe lo antes posible».