Gallagher promueve la colaboración con Rusia sobre Nagorno Karabaj

Gallagher promueve en Moscú la colaboración sobre Nagorno y Oriente Medio

Rusia aprovechó la ocasión para culpar a Occidente de la crisis en la frontera de Bielorrusia, mientras las Iglesias locales piden ayudar a los migrantes

María Martínez López
Rusia
Gallagher (derecha) con el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov. Foto: CNS

La Santa Sede y Rusia quieren promover una cooperación más estrecha para proteger a los cristianos perseguidos en Oriente Medio y también para buscar una salida a la crisis de Nagorno Karabaj, la región que Armenia y Azerbaiyán se disputan. Justamente en el día en que se cumplía un año del alto el fuego entre ambos países promovido por la potencia asiática, el secretario para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado del Vaticano, Paul R. Gallagher, se reunió en Moscú con el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov.

Con él debatió «en detalle los esfuerzos de la Federación Rusa para apoyar el alto el fuego en Nagorno Karabaj y poner en marcha procesos que promuevan la confianza» y creen las condiciones para la cooperación económica en el Cáucaso sur. Así lo afirmó el mismo Lavrov en una rueda de prensa posterior al encuentro.

Otro foco de atención fue la situación en Oriente Medio, «incluida la perspectiva de las comunidades cristianas». Moscú y el Vaticano han acordado cooperar «para protegerlos en la ONU, la OSCE y el Consejo de Europa», prosiguió Lavrov. En este mismo ámbito de las instituciones internacionales, ambas entidades van a «coordinar esfuerzos» para defender «los valores morales y espirituales cristianos». En particular comparten su opinión sobre «la necesidad de proteger la institución de la familia». Los conflictos en Ucrania y Afganistán fueron otros temas sobre la mesa.

La frontera bielorrusa, culpa de Occidente

Ni la Santa Sede ni las instituciones y medios de comunicación rusos se han hecho eco de las palabras y aportaciones del número dos de la Secretaría de Estado. El protagonismo del encuentro lo tuvo en todo momento el ministro Lavrov, que aprovechó para lanzar una serie de mensajes clave de la agenda rusa. Por ejemplo, culpó a Occidente de la crisis migratoria en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, donde el Gobierno de Alexander Lukashenko ha trasladado a cientos de refugiados para facilitar su entrada en la UE.

Lavrov instó a reconocer que todo se debe a la «política a largo plazo» de Estados Unidos, la OTAN y la UE de imponer su visión política en todo el mundo, incluso por la fuerza. Esto, subrayó, ha dado lugar a los conflictos de los que huyen los refugiados, y a que estos «quieran estar en Europa». Criticó el «doble rasero» de la UE sobre los países de donde le llegan refugiados, e incluso sugirió que la solución pasaría por pagar a Bielorrusia en vez de sancionar a sus dirigentes. «Por qué no puede la UE ayudar a los bielorrusos que deben ofrecer una vida normal a los refugiados que Polonia y Lituania no quieren en su territorio», se preguntó, aludiendo a las ayudas económicas acordadas en 2016 para que Turquía contuviera la oleada migratoria.

El ministro de Exteriores ruso denunció por otro lado que «Occidente está recaudando fondos con el único propósito de mantener a los refugiados» sirios «en los países a donde huyeron», sin preocuparse por crear las condiciones necesarias para su retorno. Y pidió a los kurdos que no se dejen seducir por las maniobras de Estados Unidos para «alimentar un sentimiento separatista en el este de Siria».

La Iglesia en Polonia y Bielorrusia responde

«Independientemente de las circunstancias en las que los migrantes llegan, ciertamente necesitan nuestro apoyo espiritual y material». El presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, Stanislaw Gadecki, se refirió así el lunes al agravamiento de la crisis migratoria en la frontera con Bielorrusia. Por eso, la Iglesia ha decidido lanzar una gran colecta en las misas del domingo 21 de noviembre, con el objetivo de recaudar fondos para seguir ofreciéndoles asistencia a través de Cáritas. Dada la misión de la Iglesia de predicar el Evangelio, y «sin prejuicio de la seguridad de la República y de sus ciudadanos, debemos mostrar nuestra solidaridad con los necesitados».

La Iglesia católica en Bielorrusia, dada la delicada situación en la que se encuentra en el país, no se ha pronunciado públicamente sobre la crisis migratoria. Sin embargo, ha publicado en su página web una oración por «el grupo más vulnerable», en un momento en el que «en las fronteras de nuestro país se está consumando una verdadera crisis humanitaria». En ella, pide que los migrantes y refugiados, «privados de su casa, su familia y de todo lo que tienen, sientan tu presencia llena de amor». Pide que «caliente sus corazones» y «les ayude a encontrar una nueva casa y una nueva esperanza». La plegaria concluye suplicando a Dios que «abra nuestros corazones para que los aceptemos como hermanos y hermanas, viendo en su rostro a tu Hijo, Jesús».

Cooperación cultural

Gallagher ha concluido este miércoles su visita de tres días, en la que ha intercambiado puntos de vista con las autoridades civiles y eclesiásticas sobre diversos temas candentes. El martes, además de con el ministro de Exteriores, se reunió con el primer ministro, Mijail Mishustin. En la parte pública de la cita, ambos representantes prefirieron subrayar otros puntos de encuentro.

Uno de ellos es la floreciente cooperación cultural entre Rusia y el Vaticano, especialmente en el marco del 200º aniversario del nacimiento del escritor Fiódor Dostoyevski. Destacaron además la colaboración entre el Hospital Bambino Gesù y el Centro Científico y Práctico para la Ayuda Médica a los Niños, de Moscú. Ambos subrayaron asimismo cómo en breve Rusia y la Santa Sede firmarán el reconocimiento recíproco de títulos educativos.

El mismo martes, Gallagher también se reunió en la nunciatura apostólica con el presidente del Departamento para las Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú, el metropolita Hilarión. Según un comunicado de este departamento, el homólogo de Gallagher en la Iglesia ortodoxa rusa le informó sobre la posición de esta en «diversos aspectos de las relaciones interortodoxas e intercristianas».