Gallagher en Ucrania insiste en que la Santa Sede sigue dispuesta a mediar
El Secretario para las Relaciones con los Estados, enviado por el Papa a Ucrania, compareció en una rueda de prensa junto al Ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba
«La Santa Sede reitera, como siempre lo ha hecho, su voluntad de favorecer un verdadero proceso de negociación, por considerarlo el camino adecuado para una resolución justa y permanente». Así lo ha asegurado desde Kiev el Secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede durante una rueda de prensa conjunta con su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba. Lo único que faltaría para que fuera posible esta intervención es que en Roma se recibiera una invitación de ambas partes. Mientras tanto, en palabras del arzobispo, la Iglesia «está tratando de dar respuesta a las necesidades espirituales y materiales de la población, tanto en lo inmediato como en el largo plazo».
Gallagher está de visita en Ucrania enviado por el Papa Francisco, un viaje que tiene como objetivo, una vez más, «la cercanía de la Santa Sede y del Papa Francisco con el pueblo ucraniano», en palabras del propio funcionario vaticano. Su gira estuvo precedida por una entrevista en la televisión italiana en la que Gallagher aseguró que la posición de la Santa Sede respecto a la guerra es que Ucrania tiene derecho a la legítima defensa, si bien advirtió de lo peligrosa que sería una escalada, sobre todo, en términos de rearme. El ministro de Exteriores de la Santa Sede a mitad de semana a Ucrania donde ya ha podido visitar los lugares del horror como Bucha o Irpin. «Esta visita me permitió ser testigo en primera persona de las heridas de este país. Esta mañana visité las ciudades mártires de Bucha, Vorzel e Irpin», explicó a los medios de comunicación. Para el diplomático vaticano, en Bucha «ha sucedido una de las cosas más terribles» vistas en Europa en la Historia del siglo XXI. Es una verdadera llamada de atención para todos nosotros a darnos cuenta de que la paz no se puede dar por sentado. La paz es un don de Dios, pero también es algo por lo que los hombres y mujeres de buena voluntad, independientemente de su religión o afiliación política, deben trabajar constantemente. Y si no lo hacemos, será bajo nuestra cuenta y riesgo, como ha quedado demostrado en Bucha».
Antes de concluir su intervención, Gallagher expresó su agradecimiento a las autoridades ucranianas y a la Iglesia Católica y otras Iglesias y organizaciones religiosas «por su compromiso con la paz y la solidaridad, con la esperanza de que encuentren el apoyo que tanto necesitan y de que los esfuerzos conjuntos de todo el mundo pronto pongan fin a la destrucción y la muerte».
Paul Richard Gallagher visitó Bucha, Vorzel e Irpin acompañado por el Nuncio en el país, Visvaldas Kulbokas. Rezó frente a la fosa común cerca de la iglesia ortodoxa de San Andrés donde todavía hay alrededor de 100 cuerpos sin nombre, entre ellos, los de algunos niños. Gallagher también hizo una parada en el seminario de Vorzel que fue ocupado y destruido por las tropas rusas. Y visitó Leópolis donde mantuvo un encuentro con los obispos y autoridades locales. De acuerdo con el comunicado de la Iglesia latina de la ciudad, Gallagher habría explicado en este encuentro que su presencia en Ucrania es señal «del amor y la devoción del Santo Padre por Ucrania y por su gente. Creo que mi presencia aquí disipa cualquier duda al respecto». Revela este comunicado que el Secretario para las Relaciones con los Estados aseguró que «el Papa tiene una misión universal, siempre debe tener en cuenta a todas las naciones y velar por su bienestar. Si el Papa habla de su voluntad de hacer todo lo que pueda es que realmente lo está haciendo. Es decir, si dice que está preparado para ir a Rusia, significa que lo está por el interés de Ucrania y para hacer todo lo posible por la paz».
El jueves también se reunió con Sviatoslav Shevchuk, Arzobispo Mayor de Kiev, en la catedral de la Resurrección. Departieron en privado, un encuentro en el que el arzobispo Shevchuk recordó los días más oscuros del conflicto y la «defensa heroica» de la ciudad por parte de sus habitantes.