Gabilondo presentará en el pleno del Congreso el informe de abusos en la Iglesia
El acto está previsto para el próximo jueves 21 de noviembre, coincidiendo con la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española
El Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, presentará el próximo jueves 21 de noviembre en el pleno del Congreso su informe sobre los abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica y el papel de los poderes públicos.
Gabilondo ya presentó las conclusiones del documento el pasado 15 de octubre ante la Comisión Mixta (Congreso-Senado) que se encarga de las relaciones con la institución, y ahora lo presentará ante el Pleno un año después de que se hiciera público el informe.
El informe revelaba que un total de 487 víctimas han denunciado abusos sexuales en el seno de la Iglesia ante la unidad de atención a víctimas de la comisión creada por el Defensor del Pueblo. Si bien, desde que se presentó el informe, han seguido llegando denuncias a la Unidad de Atención a Víctimas del Defensor del Pueblo —188 nuevos testimonios considerados válidos en el último año—, por lo que la cifra de víctimas se eleva a 674.
Según informó Gabilondo el pasado mes de octubre en su comparecencia ante la comisión mixta, de los datos actualizados se desprende que el 83,5 % del total de las víctimas (un total de 564) son hombres y un 16,3 % (110), mujeres.
«Se ha roto el silencio»
En su intervención, Gabilondo reconoció alguno de los últimos pasos dados por la Iglesia católica, como el Plan PRIVA, y destacó que la Iglesia «ha pasado de minimizar» el problema diciendo que son «manzanas podridas» a un «implícito y progresivo reconocimiento de los hechos».
Si bien, advirtió de que este «grave problema» de los abusos ha sido posible durante décadas por el mantenimiento del «silencio» y precisó que ahora se puede decir que «se ha roto el silencio» gracias, sobre todo, al «esfuerzo de tantas víctimas» que han contado sus testimonios.
En cuanto a las recomendaciones, Gabilondo enfatizó, entre otras, la necesidad del «desarrollo legal de una forma de acreditar el estatuto de víctima de esta violencia sexual específica» o la compensación económica a las víctimas, de la que, según indicó, la Iglesia «no ha de mantenerse al margen».