Funeral de Álvaro Prieto: «Ha hecho que mucha gente se una para rezar»
Sus compañeros del equipo juvenil del Córdoba C. F. ofrecieron delante del féretro un balón, una bandera y su camiseta, presentes a los que se unieron una caja de recuerdos y una imagen de santa Rafaela María, la fundadora de la congregación de las esclavas
Familiares, compañeros y amigos abarrotaron la tarde del jueves la iglesia de la Trinidad de Córdoba para despedir al joven, que falleció el pasado 12 de octubre en la estación de trenes de Santa Justa, en Sevilla, tras recibir de forma accidental una descarga eléctrica.
«No hay palabras para explicar la pérdida de Álvaro», aseguró José Juan Jiménez, párroco de la iglesia de la Trinidad, tras presidir el funeral del joven cordobés, acompañado por otros tres sacerdotes. Como describe el periodista F. J. Poyato, de ABC Córdoba, el templo estaba ya lleno media hora antes de que comenzase la celebración, y fue «un hervidero de emociones, llantos, recuerdos y un silencio atronador en muchos momentos». Familia, compañeros del Córdoba C. F., amigos y los máximos dirigentes de la ciudad asistieron al sepelio, donde se escucharon «frases muy sentidas sobre su figura y el impacto que ha tenido toda su desaparición».
Las primeras palabras dedicadas a Álvaro fueron las de una joven que destacó los «miles y miles de corazones que han estado rezando por ti». Después, el sacerdote Juan José Jiménez recordó que «hace justo una semana comenzaba una auténtica pasión, un camino hacia el Calvario donde la esperanza se ha sostenido en la fe en una muestra de amor por parte de todos hacia su familia». En su homilía no faltaron los calificativos sobre la personalidad del joven: alegría, jovialidad, amistad sincera, cercanía, entusiasmo, calidez, cariño… «Se nos hace a todos muy difícil entender que una vida que está despertando haya tenido este final tan brusco. Son innumerables las preguntas que nos planteamos ahora», añadió el párroco. «Una espada ha atravesado los corazones de sus padres; era la alegría de su casa y de sus vidas», prosiguió, y concluyó que «Álvaro ha hecho que mucha gente se una para rezar a Dios».
Sus compañeros del equipo juvenil del Córdoba C. F. ofrecieron delante del féretro un balón, una bandera y su camiseta, presentes a los que se unieron una caja de recuerdos y una imagen de santa Rafaela María, la fundadora de la congregación de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, el colegio donde pasó su infancia y adolescencia Álvaro Prieto.
«Me siento afortunado de poder haber pasado esa última noche contigo y de haber podido recibir ese último: “Te quiero, bro”, sentados en la acera, antes de entrar en la discoteca, que quedará siempre en mi cabeza», concluyó al final del funeral su amigo, con el que compartió los últimos momentos de la madrugada del jueves 12 de octubre. «No sabes la de gente que ha rezado por ti. Siempre, siempre provocabas una sonrisa. Era impresionante».