Francisco: «Sufro y lloro pensando en el sufrimiento de la población ucraniana»
Se pregunta si realmente se está trabajando por la paz y pide, una vez más, corredores humanitarios seguros en Mariúpol
«Para seguir a Jesús hay que arriesgar», ha explicado el Santo Padre este domingo en su alocución previa al rezo del Regina caeli en la que también ha invitado «a zambullirnos en el bien sin miedo de perder algo, sin hacer demasiados cálculos, sin esperar a que empiecen los otros». Porque «para ir al encuentro de Jesús hay que comprometerse».
Especialmente intensas han sido sus palabras tras el rezo de la oración mariana. Ha recordado que mayo es el mes por excelencia de la Virgen y por ello ha pedido a fieles y a comunidades que recen el rosario por la paz. Al hablar de María y de la paz se ha referido a la ciudad ucraniana de Mariúpol, llamada así en honor a la Virgen: «Mi pensamiento va enseguida a la ciudad ucrania de Mariúpol, ciudad de María, bárbaramente bombardeada y destruida. Todavía ahora, todavía desde aquí, renuevo la petición de que se dispongan corredores humanitarios seguros para las personas atrapadas en la acería de esa ciudad».
Desde que comenzara la invasión de Ucrania y el feroz ataque ruso contra esa estratégica urbe, Francisco ha llamado, una y otra vez, al respeto de los corredores humanitarios imprescindibles para evacuar a la población civil. Rusia no cede y pone condiciones, como prohibir la presencia de organismos internacionales que supervisen. Pese a ello, unas 35 personas han podido ser evacuadas este fin de semana de la acería según fuentes Ucranianas. Todavía permanecen en sus entrañas unos 1.000 civiles, muchos de ellos heridos, además de unos 500 soldados ucranianos, algunos también heridos de gravedad.
«Sufro y lloro pensando en el sufrimiento de la población ucraniana, en concreto, de los más débiles, de los ancianos, de los niños. Llegan noticias terribles de niños expulsados y deportados», ha exclamado el Pontífice ante las noticias de menores solos que han sido forzosamente deportados a territorio ruso o bielorruso.
A continuación, Francisco, con duras palabras, se ha preguntado hasta cuándo va a seguir adelante este conflicto: «Y mientras se asiste a una macabra regresión de humanidad me pregunto, junto a tantas personas angustiadas, si se está realmente buscando la paz, si existe la voluntad de evitar una continua escalada militar y verbal y si se está haciendo todo lo posible para que las armas callen». Por ello, ha implorado que no impere «la lógica de la violencia» ni «la perversa espiral de las armas», sino que se siga apostando por la paz.
De lo que pasa en Ucrania tenemos noticia gracias a muchos compañeros periodistas que están en el terreno arriesgando la propia vida. El Papa lo ha destacado al recordar que el 3 de mayo se celebra el día de la Libertad de Prensa y que el año pasado 47 informadores fueron asesinados por ejercer su profesión y 350 fueron encarcelados. Francisco, al recordarlos, ha querido «rendir homenaje a los periodistas que pagan personalmente por servir a este derecho» mientras «nos informan de las plagas de la humanidad».
Tampoco se ha olvidado de que este primero de mayo es san José Obrero, el día de los trabajadores. El Papa ha pedido empleo digno y ha lamentado las muertes en el trabajo, «una tragedia muy extendida, quizá demasiado».