Francisco recuerda la importancia de negociar en un conflicto pero recalca que «nunca es una rendición»
El Vaticano ha dejado claro que la Santa Sede evita interferir en la política de los países y que Francisco pretendía con estas declaraciones a un medio suizo «crear las condiciones para una solución diplomática en busca de una paz justa y duradera», como ya dijo en el ángelus del 25 de febrero
El Papa ha abordado una controvertida cuestión en una entrevista con Radio Televisión Suiza difundida por diferentes agencias el 9 de marzo. Preguntado por la guerra de Ucrania y la conveniencia o no de la rendición de Zelenski, el Papa ha respondido que «son más fuertes quienes piensan en el pueblo, quienes tienen el coraje de izar la bandera blanca y negociar». El Pontífice ha recalcado que «la palabra negociar es una palabra valiente» y que quien lo haga no quedará desvalido porque «hoy se puede negociar con la ayuda de las potencias internacionales». «Hay muchos que quieren actuar como mediadores, Turquía se ofreció a ello y otros», ha apuntado. A lo que ha añadido un ruego: «No tengáis vergüenza de negociar antes de que las cosas empeoren», y ha recalcado que «negociar nunca es una rendición».
Ante estas palabras, los periodistas acreditados ante la Santa Sede han pedido una mayor concreción sobre las declaraciones del Papa al director de la Oficina de Prensa, Matteo Bruni. El Vaticano ha dejado claro que la Santa Sede evita interferir en la política de los países. «El Papa utiliza el término bandera blanca y responde retomando la imagen propuesta por el entrevistador para indicar con ella el cese de las hostilidades, la tregua alcanzada con la valentía de la negociación», han aclarado desde el Vaticano. Y explican que en otra parte de la entrevista, hablando de otra situación de conflicto, pero refiriéndose a cualquier situación de guerra, el Papa afirmó claramente: «Negociar nunca es una rendición».
La esperanza del Papa «sigue siendo la misma que se ha repetido siempre en los últimos años» y que se ha repetido recientemente con ocasión del segundo aniversario del conflicto en Ucrania: «Mientras renuevo mi más profundo afecto por el atormentado pueblo ucraniano y rezo por todos, en particular por las numerosas víctimas inocentes, ruego que se encuentre ese pedacito de humanidad que nos permita crear las condiciones para una solución diplomática en busca de una paz justa y duradera», como aseguró en el ángelus del 25 de febrero.
Francisco, por su parte, ha subrayado en la entrevista al medio suizo que «estoy aquí» para mediar en las conversaciones de paz. Y que, de cara a la guerra en Tierra Santa, «envié una carta a los judíos de Israel para reflexionar sobre esta situación».
«Todas las guerras han terminado con un acuerdo»
El Pontífice ha recordado que «todos los días a las siete de la tarde llamo a la parroquia de Gaza», a cargo de un sacerdote argentino. «Allí viven 600 personas y cuentan lo que ven, es una guerra, y la guerra la hacen dos, no uno», ha dicho Francisco, quien ha también condenado a las milicias yihadistas de Hamás, aclarando que «es un movimiento que no es un ejército». «Es algo malo», ha insistido. Y pese al desánimo, ha animado a seguir buscando la paz y a «mirar la historia» porque «todas las guerras que hemos vivido han terminado con un acuerdo».
El Papa ha revelado que, cuando habla con líderes pidiendo la paz, «hay quienes dicen: “es verdad, pero tenemos que defendernos”». Algo que le apesadumbra, especialmente cuando «te das cuenta de que tienen la fábrica de aviones para bombardear a otros». Y ha insistido en que, aunque «siempre hay alguna situación geográfica o histórica que provoca una guerra» e incluso «puede ser una guerra que parezca adecuada por razones prácticas», en realidad, «detrás de una guerra está la industria armamentística y eso significa dinero».