Francisco convoca la I Jornada Mundial de los Niños, el 25 y 26 de mayo en Roma
El Papa, que ha recuperado la voz, ha rezado el mismo el ángelus en la solemnidad de la Inmaculada
En una mañana nublada del 8 de diciembre, el Papa se ha asomado al balcón de su biblioteca en el Palacio Apostólico para rezar el ángelus con los peregrinos en la plaza de San Pedro con motivo de la solemnidad de la Inmaculada Concepción. Ha sido la primera vez en diciembre que Francisco, quien sufrió a principio de mes una bronquitis aguda que le arrebató la voz, ha pronunciado íntegramente uno de sus discursos en público. Durante los dos últimos rezos del ángelus, el Pontífice permaneció en Casa Santa Marta mientras el sacerdote italiano Paolo Braida leía a su lado sus anotaciones.
Al final de la oración, Francisco ha anunciado que los días 25 y 26 de mayo de 2024, Roma albergará la I Jornada Mundial de los Niños. «La iniciativa, patrocinada por el Dicasterio para la Cultura y la Educación, responde a la pregunta: “¿Qué tipo de mundo queremos transmitir a los niños que están creciendo?”. Como Jesús, queremos poner a los niños en el centro», ha contestado.
Antes de este anuncio, y sonriente por su progresiva mejoría, el Papa ha comenzado su catequesis deseando unos «buenos días y feliz fiesta». Ha reflexionado sobre el pasaje del Evangelio de san Lucas en el que el arcángel Gabriel dice a la Virgen: «Alégrate, llena de gracia: el Señor está contigo». Francisco ha elogiado la sencillez de María, quien, según el Evangelio, «se turbó en gran manera y se preguntaba qué significaba semejante saludo». Y ha invitado a los fieles a «saber asombrarse ante los dones del Señor, no darlos nunca por descontados, apreciar su valor, alegrarse de la confianza y la ternura que aportan». Además les ha propuesto plantearse: «¿Sé asombrarme de las obras de Dios? ¿Sé a veces de sentir asombro y compartirlo con alguien?».
Francisco ha elogiado la humildad de María, «una muchacha sencilla, aparentemente como tantas otras que vivían en su pueblo, Nazaret». «Es por la fidelidad diaria en el bien que la Virgen permitió que el don de Dios creciera en ella», ha añadido. Y ha invitado de nuevo a los cristianos a plantearse cómo viven su fe preguntándoles. «¿Creo que lo importante, en las situaciones cotidianas como en el camino espiritual, es la fidelidad a Dios? ¿Encuentro tiempo para leer el Evangelio, para rezar, para participar en la Eucaristía y recibir el perdón sacramental?». Después los ha animado a, como María, cultivar el asombro y la fidelidad en sus vidas diarias.
«Pidamos la paz, que nuestro corazón se pacifique»
Tras el rezo, Francisco ha saludado a los peregrinos de varias diócesis, especialmente a los provenientes de Italia. Y les ha recordado que, con motivo de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre se renueva en las parroquias la adhesión a Acción Católica. «Animo a todos los socios, jóvenes y ancianos, a ser piedras vivas en la Iglesia y levadura en la sociedad, ¡buen camino!», ha felicitado.
El Papa ha tenido también palabras para Québec, que inaugura en esta festividad un Jubileo por el 350 aniversario de su diócesis. Los días 4 y 5 de diciembre ya se reunió con su arzobispo, el cardenal Gérald Lacroix, durante las reuniones del Consejo de Cardenales. «Québec ha sido la primera diócesis fundada en Canadá. Buen año jubilar y que la Virgen os acompañe», les ha deseado.
Finalmente ha compartido su agenda en este día en el que a las 15:30 horas visitará Santa María la Mayor y a las 16:00 la imagen de la Virgen en la romana plaza de España. «Os pido a todos, especialmente a los fieles de Roma, que os unáis espiritualmente a mí en este gesto de confianza a nuestra Madre», ha pedido. También ha solicitado oraciones por la paz en Palestina, Israel «y en todas las tierras heridas por la guerra». «Pidamos la paz, que nuestro corazón se pacifique, que haya paz», ha dicho emocionado. Finalmente, ha deseado a los peregrinos «una buena fiesta y buen camino de Adviento con la guía de la Virgen María».