Francisco previene en Timor Oriental de los «cocodrilos» que quieren cambiar su cultura
El arzobispo de Dili, cardenal Carmo da Silva, ha dejado claro que el país con más católicos de Asia en porcentaje de la población total —el 98% de la población de Timor Oriental se define así— lleva esperando la visita de un Papa desde que se independizó definitivamente de las garras indonesias en 2002
El Papa ha podido palpar el gran afecto que la población de Timor Oriental siente por él. Los paraguas blancos y amarillos —los colores de la bandera de la Santa Sede— para protegerse del sol abrasador inundaron la explanada de Taci Tolu, rodeada de tres lagos salados que hacen única esta zona, en la que el Pontífice ha celebrado una misa multitudinaria con más de 600.000 personas, la mitad de la población del pequeño país del sudeste asiático.
Muchos de ellos han pasado la noche a la intemperie para poder estar lo más cercano posible al altar. Pero todos han estado mínimo 6 horas expuestos al calor y al polvo, esperando la llegada del Papa a las 16:30 hora local (9:30 en España) que ha sido acogido como una verdadera estrella del rock entre cantos y gritos de «Viva el Papa».
El arzobispo de Dili, cardenal Carmo da Silva, ha dejado claro que el país con más católicos de Asia en porcentaje de la población total —el 98 % de la población de Timor Oriental se define así— lleva esperando la visita de un Papa desde que se independizó definitivamente de las garras indonesias en 2002. De hecho, el Gobierno ha concedido 3 días libres en el trabajo y en los colegios para que sus habitantes puedan asistir a los diferentes encuentros con el Papa Francisco.
En esta misma explanada san Juan Pablo II presidió la Eucaristía en 1989. Pero entonces Timor Oriental no era una nación libre. Aún quedaba mucha sangre por derramar. Los cientos de cadáveres encontrados en esta misma zona —acomunadnos en fosas comunes cavadas entonces por el ejército de ocupación de Indonesia para esconder a los caídos por la libertad— son prueba de ello.
El Papa ha querido advertirles de «los cocodrilos» que quieren cambiar su cultura.
«Estén atentos por que me dijeron q en algunas playas vienen cocodrilos. Tengan cuidado. Estén atentos, estén atentos a de esos cocodrilos que quieren venir y cambiar la cultura, que quieren cambiarles la historia, manténganse fieles y no se acerquen a esos cocodrilos por que muerden fuerte y duele mucho», ha destacado.
En la homilía el Papa ha reflexionado sobre la escena del nacimiento de Jesús y ha recordado lo importante que es acoger la vida que llega y en ese sentido aplaudió a la población de Timor Oriental por ser uno de los países más jóvenes de todo el mundo. «Esta realidad se revela hermosa en Timor-Leste, porque hay muchos niños; ustedes son un país joven en el que en cada rincón la vida se siente palpitar y bullir. Y la presencia de tanta juventud y de tantos niños es un regalo, es un don inmenso».
Francisco ha señalado también que es muy importante aprender a servir a los demás sin buscar nada a cambio. «No tengamos miedo de hacernos pequeños ante Dios y ante los unos frente a los otros; de perder nuestra vida, de dar nuestro tiempo, de cambiar nuestros programas y redimensionar cuando se requiera, nuestros proyectos. No para minimizarlos, sino para hacerlos toda vida mejores a a través del don de nosotros mismos y de la acogida a los demás», ha asegurado.
En tanto, Singapur se prepara para recibir a Francisco que aterrizará en esta ciudad-estado de 5 millones de habitantes mañana miércoles sobre las 14:15 horas. Este enclave ultra tecnológico será la última etapa de su gira por Asia y Oceanía que comenzó el pasado 3 de septiembre y que concluirá el próximo día 13.