Francisco pone el foco en los más pobres en el cuarto país más rico del mundo - Alfa y Omega

Francisco pone el foco en los más pobres en el cuarto país más rico del mundo

«El desarrollo no debe hacerse a expensas de la justicia social», ha reclamado el Papa en su primer discurso en Singapur

Victoria Isabel Cardiel C.
Francisco durante el encuentro con las autoridades en el Teatro del Centro Cultural Universitario de la National University de Singapore
Francisco durante el encuentro con las autoridades en el Teatro del Centro Cultural Universitario de la National University de Singapore. Foto: EFE / EPA / Alessandro Di Meo.

Con un ojo puesto en China, en su primer discurso en Singapur —donde el 75% de los habitantes son de etnia china— el Papa ha dicho que esta ciudad-Estado de más de 5 millones de habitantes tiene «un papel específico que desempeñar en el plano internacional, amenazado por conflictos y guerras que han derramado mucha sangre» añadiendo de forma improvisada: «no lo olvidemos».

El Pontífice ha destacado el desarrollo económico de Singapur pero también ha instado a sus líderes políticos a proseguir con su compromiso con la justicia social, en particular en favor de los trabajadores desplazados.

Singapur tiene unas de las leyes antidrogas más severas, que considera necesarias para proteger a la sociedad. Las leyes de esa ciudad estado en el Sureste Asiático especifican la imposición de la pena de muerte a cualquiera que sea sorprendido traficando con más de 500 gramos de marihuana o 15 gramos de heroína. Esta ciudad-Estado asiática está entre los cuatro únicos países —junto con Arabia Saudí, China e Irán— donde se confirmaron ejecuciones por delitos de drogas en 2022. Sin embargo, el Papa ha evitado en su discurso hacer mención de la pena de muerte.

Dirigiéndose a las autoridades nacionales y a los miembros del cuerpo diplomático el Papa ha elogiado la disposición de Singapur para el «multilateralismo» una prioridad geopolítica clave del primer Papa argentino y a «un orden basado en reglas y compartido por todos».

«Os animo a seguir trabajando en favor de la unidad y la fraternidad de la humanidad y el bien común de todos los pueblos y todas las naciones, de un modo que no excluya a otros ni se restrinja a vuestros intereses nacionales», ha explicado

Aunque el Pontífice no se ha referido a ningún conflicto en concreto, algunos observadores han señalado que se refería a la guerra de Ucrania y al posible papel de Singapur en la búsqueda de la paz a través de China.

Hasta ahora, China se ha mantenido neutral en la guerra entre Rusia y Ucrania, pero se ha abstenido de condenar la invasión rusa del 24 de febrero de 2022 y de participar en las votaciones de las Naciones Unidas sobre el conflicto.

Francisco ha hecho todo lo posible por implicar a las autoridades chinas en los esfuerzos humanitarios y de mantenimiento de la paz. De hecho, el año pasado envió a Pekín al presidente de los obispos italianos, el cardenal italiano Matteo Zuppi, como enviado para impulsar las negociaciones de paz.

Francisco también se refirió a la crisis medioambiental, afirmando que Singapur también puede desempeñar un papel importante para que las cosas vayan en la dirección correcta gracias a sus recursos y a su innovación.

«Su compromiso con el desarrollo sostenible y la preservación de la creación es un ejemplo a seguir, y su búsqueda de soluciones innovadoras para hacer frente a los desafíos ambientales puede animar a otros países a hacer lo mismo», ha explicado en su discurso a las autoridades singapurenses tras realizar una visita de cortesía al Presidente, Tharman Shanmugaratnam, y mantener un encuentro privado con el Primer Ministro, Lawrence Wong, en su segundo día en el país.

Se trata de la segunda visita papal a Singapur, tras la de San Juan Pablo II en 1986. Francisco ha calificado a Singapur de «encrucijada comercial de primera importancia y lugar de encuentro de pueblos diferentes». Además ha recordado la lucha de Singapur por su independencia de Malasia, que consiguió en agosto de 1965, y ha asegurado que en las décadas transcurridas desde entonces, la pequeña ciudad-estado se ha convertido en una de las naciones más prósperas del mundo, con una economía de libre mercado muy desarrollada y sólidas relaciones comerciales internacionales.

La historia de Singapur es para el Papa «una historia de crecimiento y resistencia. Desde sus humildes comienzos, esta nación ha alcanzado un avanzado nivel de desarrollo, que sólo puede ser fruto de decisiones racionales y no de la casualidad».

El despegue económico de Singapur en las últimas décadas se ha descrito como un auténtico milagro económico, una mezcla de capitalismo privado e intervención del Estado.

El éxito de su estelar desarrollo es el «resultado de un firme compromiso de promover proyectos e iniciativas bien pensadas y en sintonía con las características específicas del lugar», ha asegurado el Pontífice.

Francisco también ha elogiado el compromiso de Singapur no sólo con la prosperidad económica, sino también con la promoción de la justicia social y el bien común, y ha reconocido en este sentido la labor que desempeñan iniciativas concretas, como las políticas de vivienda sostenible, la inversión en educación o el eficiente sistema sanitario.

Sin embargo, el Papa ha advertido de que existe un riesgo de «centrarse únicamente en el pragmatismo o en poner el mérito por encima de todas las cosas». En concreto ha alertado de la «consecuencia no deseada de excluir a los marginados de los beneficios del progreso».