Francisco pide una solución «justa y creativa» a la superpoblación en las cárceles

Como ya hizo el día 19 de marzo, el Papa Francisco ha vuelto a rezar en la Misa de este lunes por la situación en las prisiones. En esta ocasión en concreto, se ha referido al problema de la «superpoblación de las cárceles». Una realidad que implica «el peligro, en esta pandemia, de terminar en una grave calamidad». Por eso ha pedido para que los responsables «encuentren un camino justo y creativo para resolver este problema».

Francisco siempre se ha mostrado muy atento a las necesidades de los reclusos. Una de las últimas pruebas de ello ha sido pedir a los internos del centro penitenciario de Padua que escribieran las meditaciones del via crucis de Viernes Santo. De forma extraordinaria, debido a la crisis sanitaria causada por el COVID-19, esta práctica piadosa tendrá lugar en la plaza de San Pedro, y no en el Coliseo, como ocurre desde 1964.

Pobres, víctimas de políticas económicas

Otro grupo social que este lunes ha estado en la mente del Santo Padre durante la Eucaristía en la Casa Santa Marta han sido los pobres. Se ha servido del Evangelio del día, en el que después de la unción de Betania, cuando Judas critica el gasto de un perfume tan caro por parte de María al ungir los pies de Jesús, este responde que «los pobres siempre los tendréis con vosotros». «Esto es verdad. Existen los pobres», ha subrayado el Papa. Y los pobres que vemos «son la mínima parte. La mayoría son los que no vemos: los pobres escondidos».

Personas necesitadas que en parte no vemos por nuestra indiferencia, que nos lleva a relativizar el problema, o a contemplar a los mendigos como un elemento normal del paisaje urbano. Otras veces, los propios pobres «sienten vergüenza de dejar ver que no llegan a fin de mes y van a escondidas a Cáritas».

Con todo, el Pontífice ha señalado que la mayoría de la pobreza es consecuencia «de las políticas económicas, de las políticas financieras. Hay mucho dinero en manos de pocos y mucha pobreza en muchos». Ha recordado, por ejemplo, a una quincena de familias que se habían instalado en una fábrica abandonada de Buenos Aires. Al visitarlos, comprobó que tenían muebles de una cierta calidad. Pero habían tenido que abandonar sus casa por no poder pagar el alquiler. «¿Lo veo? —ha preguntado Francisco a modo de examen de conciencia—. ¿Tomo nota de esta realidad?».

Porque —ha recordado el Santo Padre— a todos esos pobres nos los encontraremos en el juicio final, cuando Jesús nos preguntará qué hemos hecho por ellos. «No seremos juzgados por el lujo o los viajes que hagamos o la importancia social que tengamos». Porque «cuando Jesús dice que “los pobres los tendréis siempre con vosotros”, quiere decir que “yo siempre estaré con vosotros en los pobres”. Y esto no es ser comunista, es el centro del Evangelio».