Francisco pide para los niños de Oriente Medio «hogares y no tumbas» - Alfa y Omega

Francisco pide para los niños de Oriente Medio «hogares y no tumbas»

Lo dice en un mensaje de felicitación de fin de Ramadán en el que además desea que los cristianos de la región puedan vivir su fe en libertad y paz

Ángeles Conde Mir
Musulmanes con cristianos celebrando el Iftar en Jerusalén
Musulmanes con cristianos celebrando el Iftar en Jerusalén. Foto: CNS / Debbie Hill.

El Papa ha enviado un mensaje para felicitar a los musulmanes del mundo por el fin del Ramadán a través de la cadena de televisión Alarabiya, una de las más vistas en el mundo árabe.

Francisco lamenta que estos momentos de alabanza al Señor se vean empañados por «la tristeza por la sangre que se derrama en las benditas tierras de Oriente Medio» refiriéndose principalmente a la guerra en Gaza.

«Hermanos y hermanas. Nuestro padre Abraham alzó los ojos al cielo para mirar las estrellas: la luz de la vida que nos abraza desde lo Alto nos pide que superemos la noche del odio para que, según la voluntad del Creados, sean los astros los que iluminen la tierra y no para que la tierra arda destrozada por las llamas de las armas que incendian el cielo», asegura el Pontífice en su mensaje.

Insiste en que Dios quiere la paz porque «quien cree en Él no puede más que repudiar la guerra que no resuelve, sino que aumenta los conflictos». Francisco dice que no se cansa de repetir que la guerra es una derrota, «un camino sin ninguna meta».

Así, se confiesa «angustiado por el conflicto en Palestina e Israel». Por ello, vuelve a implorar el alto el fuego en Gaza donde «hay en curso una catástrofe humanitaria». El Papa tampoco se olvida de «la martirizada Siria», del Líbano y de todo Oriente Medio. Pide para toda la región que no se extienda en ella «la llama del rencor encendida por los vientos funestos de la carrera armamentística» y expresa su temor a que la guerra se extienda.

«Basta», escribe el Pontífice en su mensaje, de lágrimas derramadas por la gente común. «Basta repito yo también a quien tiene la grave responsabilidad de gobernar las naciones», destaca. «Miremos todos al futuro con los ojos de los niños. Ellos no se preguntan quién es el enemigo al que destruir, sino quienes son los amigos con los que jugar. Necesitan hogares, parques y escuelas, no tumbas y fosas», exclama con dureza Francisco.

También recuerda especialmente a los cristianos de aquellas tierras que viven con mucha dificultad. Les dice que les abraza y les da ánimos «pidiendo que tengan siempre y en cualquier parte el derecho y la posibilidad de profesar libremente su fe que habla de paz y fraternidad». El Santo Padre confía en que en el desierto del odio puedan florecer semillas de esperanza y se despide asegurando que lleva «a Oriente medio en el corazón».