Francisco pide liberar a los países pobres de la asfixia de la deuda externa
Cerca de 60 expertos, entre ellos representantes políticos, varios ministros de Economía y delegados de la ONU, han participado en un encuentro del Vaticano sobre cómo Afrontar la crisis de la deuda en el sur global
La encíclica Laudato si ha abierto desde 2015 un diálogo sin precedentes entre la religión y la ciencia, que además de apuntar a las causas del cambio climático, denuncia la miseria como raíz de la que brotan todas las desigualdades del mundo. Solo hay que ver que la palabra «clima» aparece en el documento más social del Papa solo 14 veces, frente a las 59 veces que aparece «pobres». Para Francisco, la deuda externa que han contraído con organismos extranjeros los 73 países más pobres del mundo —38 de ellos africanos— es una de las razones medulares que los hunde en la pobreza.
Su tesis está certificada por el informe del organismo técnico de Naciones Unidas, ONU Comercio y Desarrollo, publicado el pasado martes. Señala que en medio centenar de países del mundo los fondos que dedican al pago de los intereses de la deuda externa son más elevados que el presupuesto que destinan a la educación, a la salud o a inversiones para la acción climática.
Por ello, el Papa ha exhortado este miércoles a crear «un mecanismo multinacional, basado en la solidaridad y la concordia entre los pueblos, que tenga en cuenta la importancia global del problema y sus implicaciones económicas, financieras y sociales». También que sea capaz de romper el círculo vicioso que impone la necesidad de financiación, que luego se convierte en deuda. Para el Pontífice, hay que evitar ese «sálvese quien pueda» en el que «siempre son los más débiles los que pierden».
Francisco ha hecho estas consideraciones al recibir esta mañana en el Palacio Apostólico del Vaticano a cerca de 60 expertos que han participado en un encuentro organizado por el Vaticano con el título Afrontar la crisis de la deuda en el sur global. Entre ellos había representantes políticos, varios ministros de Economía y delegados de la ONU.
«Ningún Gobierno puede exigir moralmente a su pueblo privaciones incompatibles con la dignidad humana», ha subrayado el Papa. Ante los participantes, ha instado a crear «una nueva arquitectura financiera internacional que sea audaz y creativa».
Además ha asegurado que en un contexto de «globalización mal gestionada, pandemias y guerras» el mundo está a las puertas de una «crisis de la deuda». Este problema afecta sobre todo a los países del sur del mundo, «generando miseria y angustia, y privando a millones de personas de la posibilidad de un futuro digno».
Moratoria de la deuda
Francisco ha pedido que el Jubileo 2025 conduzca a una moratoria de la deuda externa de los países más pobres. «La deuda ecológica y la deuda externa son dos caras de la misma moneda que hipotecan el futuro», ha advertido el Santo Padre, que ha recordado que perdonar las deudas en los años jubilares era una tradición del pueblo judío. De ahí el llamamiento a abrir la mente y el corazón «para desatar los nudos de aquellas ataduras que asfixian el presente, sin olvidar que sólo somos custodios y administradores».
Para el Pontífice, nadie puede tener «la conciencia tranquila» sabiéndose rodeado de «multitudes de hermanos y hermanas hambrientos, inmersos en la exclusión social y la vulnerabilidad». «Permitir que esto ocurra es un pecado humano y, aunque no se tenga fe, es un pecado social», ha concluido.
Antes de la audiencia general en la mañana del 5 de junio, Francisco ha recibido a la selección de fútbol de Croacia. «Vuestro papel va más allá del ámbito deportivo y se convierte en un modelo de vida completa y exitosa», ha advertido a los jugadores, por lo que les ha emplazado a «cultivar las cualidades espirituales y humanas para poder dar buen ejemplo». Después de que la selección le regalara una camiseta serigrafiada como «Franjo» y un antiquísimo balón de fútbol, el Pontífice ha bendecidos a sus integrantes y ha bromeado con ellos sobre la Eurocopa que arrancará en Alemania el próximo 14 de junio diciéndoles: «La última vez quedasteis terceros, esta vez quedaréis segundos o primeros».