Francisco pide en su audiencia desarrollar la humildad para elegir el bien
«Reflexionar sobre los vicios y las virtudes nos ayuda a superar la cultura nihilista en la que los contornos entre el bien y el mal permanecen borrosos», ha dicho el Papa
En la mañana del 3 de enero, el Papa ha retomado en su primera audiencia general del año su ciclo de catequesis sobre las virtudes y vicios. Ante los peregrinos reunidos en el Aula Pablo VI del Vaticano, ha explicado que «la vida espiritual del cristiano no es pacífica, lineal y sin desafíos» sino que «exige un continuo combate».
«Todos debemos pedir a Dios la gracia de reconocernos pobres pecadores, necesitados de conversión, manteniendo en nuestro corazón la confianza de que ningún pecado es demasiado grande para la infinita misericordia de Dios Padre», ha encargado Francisco. Aunque también ha matizado que esa «infinita misericordia» no es excusa para dejar de examinarse a uno mismo y tratar de mejorar. Y ha añadido que las personas que no son conscientes de sus pecados «viven en las tinieblas».
Francisco ha señalado que en la vida a menudo uno se debate entre el orgullo y la humildad y que conviene alimentar esta virtud para tomar decisiones sinceras y acertadas. «Los cristianos caminamos constantemente sobre estas crestas. Por eso es importante reflexionar sobre los vicios y las virtudes: nos ayuda a superar la cultura nihilista en la que los contornos entre el bien y el mal permanecen borrosos y, al mismo tiempo, nos recuerda que el ser humano, a diferencia de cualquier otra criatura, siempre puede trascenderse a sí mismo, abriéndose a Dios y caminando hacia la santidad».
En su saludo a los peregrinos de lengua española al final de la audiencia, Francisco ha pedido, con motivo de la fiesta del Santo Nombre de Jesús, «luz para mantenernos en el camino del bien y su gracia para perseverar en Él, sin temer los desafíos y las pruebas».
Más tarde, en su despedida en italiano, ha solicitado a los asistentes a su catequesis: «No olvidemos a los pueblos que están en guerra, la guerra es una locura, la guerra es una derrota, siempre una derrota». Ha concluido la audiencia pidiendo oraciones por «las poblaciones de Palestina, Israel, Ucrania y tantos otros lugares donde hay guerra». En esta ocasión ha mencionado además a un grupo del que no siempre habla en las audiencias pero que suele estar en sus oraciones: «No olvidemos a nuestros hermanos y hermanas rohinyá, que son perseguidos».